Por: Sara Aideé González Blanquer
Es bien sabido que alrededor del 70% de nuestro cuerpo está compuesto por agua, y seguramente has sentido y pensado ¿qué sucede si perdemos líquidos excesivamente?
Nos damos cuenta cuando nos deshidratamos es porque ingerimos menos agua o el cuerpo desecha más agua de la que tomamos mediante la respiración, sudoración, micción, el ejercicio o, simplemente, la evaporación.
Nuestras células y órganos dependen del agua. Sin ella, el cuerpo humano no puede funcionar correctamente.
El agua presente en el cuerpo cumple muchas funciones:
- Transporta nutrientes y oxígeno.
- Controla la frecuencia cardíaca y la presión arterial.
- Regula la temperatura corporal.
- Lubrica las articulaciones.
- Protege los órganos y los tejidos, incluidos los ojos, los oídos y el corazón.
- Crea saliva.
- Elimina desechos y toxinas.
Empezar a tomar agua hasta que se tiene la sensación de sed no es recomendable, porque esta sensación implica que el cuerpo ya se encuentra deshidratado y solicita auxilio. Hay factores que juegan un papel importante en la deshidratación corporal: olas de calor, vómito, sudoración o ejercicio en exceso, fiebre elevada, posibles enfermedades e incluso tomar alcohol.
Nuestro organismo nos avisa mediante diversos síntomas el nivel de deshidratación que percibe.
Algunos de los síntomas leves son la sensación de sed, sequedad de las mucosas (boca, lengua y ojos), mejillas y ojos hundidos e incluso una leve pérdida de peso corporal. Algunos síntomas moderados son la somnolencia, fatiga, mareos, confusión, micción menos frecuente y obscurecimiento de la orina. Y finalmente, algunos de los síntomas más graves son la irritabilidad, resequedad, desorientación y desmayos.
Un porcentaje de agua en el organismo que oscila en el 10% puede provocar la muerte.
Dependiendo las causas, el tratamiento principal puede consistir ingesta de agua potable con mayor frecuencia o cantidad, o bien, buscar una sustitución de los líquidos y de los electrolitos perdidos, las características deben ser con líquidos re-hidratantes con soluciones orales o bebidas deportivas. O en su caso, pausar el ejercicio, retirarse a un lugar fresco y con sombra. La correcta hidratación es fundamental para la salud física y mental, por lo que es definitivamente necesario aprender a escuchar y entender tu cuerpo cuando te solicite agua, evitando llegar hasta la sensación de sed o incluso la deshidratación.
Elige fluir como el agua, elige la vida.
#ViveSinDrogas
