MÚSICA Y ADICCIONES

¿Qué sabor tendría tu canción favorita?

TV Azteca
Vive sin Drogas
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Por: Lic. Omar Escobedo / Director general – Servicios Psicológicos StarPsic S.C

¿Habías escuchado lo que pasó a finales de los años 60 con Pink Floyd y Syd Barrett?

Muchos pensaban que el destino era seguir lo que hizo su líder y compositor, consumiendo sustancias como LSD. En ese entonces existía un movimiento social con la psicodelia, las letras que hablaban de amor y otras melodías.

¿Eso sigue pasando?

Nuestro sentido auditivo es una vía sumamente importante para aprender, relacionarnos, comprender a las demás personas, entre otras funciones.

Escuchar música estimula la liberación de oxitocina, hormona que está estrechamente ligada a las relaciones de pareja, sociales y de grupo, sin embargo, en ocasiones lo que escuchamos se relaciona con algunas acciones peligrosas ya que explícita o implícitamente hacen referencia al consumo de drogas.

Los diferentes ritmos pueden provocar sentimientos o emociones diversas, por ejemplo, tristeza, enojo, alegría, etc. Éstas mismas al ser experimentadas en un contexto específico y/o momento de la vida, llega al sistema de recompensa de tal manera que satisfacer la necesidad de reafirmar o evadir esa sensación provoca placer.

¿Cuál fue la última canción que te hizo llorar? ¿De qué género es?

Cuando vinculamos la música, el autor, el contexto, la recompensa y los elementos existentes, en este caso drogas, todo se conjunta para que el cuerpo considere necesario aquello para poder disfrutar. Por lo tanto, puede existir una asociación entre lo escuchado y las sustancias consumidas en ocasiones anteriores.

A esto se puede sumar que es un factor que contribuye a la identificación con un grupo o segmento social.

De acuerdo con un testimonio encontrado en la web, un adolescente comenta que al convivir con gente que tiene esos gustos similares existe amistad, comprensión y si alguno tiene un problema se le ayuda, así sea emocional, por ejemplo, si alguno terminó con su novia y está mal.

¿No debes escuchar a tu banda favorita?

El objetivo no es señalar que todos los géneros, compositores o canciones son “negativas” o “negativos”. Sino aclarar que algunos no son tan benéficos debido a algunas consecuencias asociadas.

En cambio, algunos ritmos específicos pueden tener fines saludables que van desde simple diversión hasta apoyo en el tratamiento de:

  • Depresión
  • Ansiedad
  • TDAH
  • Esquizofrenia

Y mejoras en el sentido físico

  • Mejorar la postura
  • Mejor capacidad respiratoria
  • Estimula lucidez mental
  • Facilita el desarrollo de habilidades

Finalmente, una de las opciones para no caer en alguna adicción es darse cuenta de ¿Qué dice la canción?
¿Cuál es tu género favorito en cada lugar u ocasión?, ¿Qué reacción tiene tu cuerpo ante ese sonido? y por último… ¿Qué escuchas cuando estás con tus amigos?

#ViveConMúsica
#ViveSinDrogas

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