Una de las torturas más inusuales de la antigua China era hacer cosquillas en las plantas de los pies, y aunque parezca lo contrario, esto no era cosa de risa. La víctima era amarrada y sus pies asegurados, después el torturador le hacía cosquillas con diversos objetos hasta que no podía más, esto era considerado un castigo contra la nobleza ya que no dejaba marcas y la víctima se recuperaba fácilmente ¿te imaginas recibir esta tortura?
Una variación de esa tortura era efectuada por los romanos, quienes descalzaban a sus prisioneros, les untaban sal y dejaban que una cabra la lamiera hasta que su lengua rasposa acabara con la piel del pie ¿puedes creerlo?
¡Difícil de creer!