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El actor Liam Neeson se defiende y niega ser un antivacunas

Liam Neeson negó apoyar las ideas antivacunas y recordó su trabajo en proyectos internacionales de UNICEF sobre inmunización

Liam Neeson
Liam Neeson aseguró no se opone al uso de vacunas y que muestra de ello es el trabajo que ha realizado a lo largo de los años de la mano de UNICEF|Reuters

Liam Neeson se encuentra en el centro de una intensa polémica luego de ser señalado como antivacunas por su participación como narrador en el documental Plague of Corruption, una producción que cuestiona a la industria farmacéutica y pone la lupa sobre ciertas vacunas, incluyendo las de Covid-19.

Origen de la controversia

El actor aceptó prestar su inconfundible voz a este documental, descrito como un fuerte “takedown” contra la industria farmacéutica , donde uno de los ejes principales son los posibles problemas asociados a algunas vacunas y los presuntos encubrimientos de las grandes farmacéuticas. Para muchos usuarios en redes, ese solo gesto fue suficiente para asumir que Neeson respaldaba el mensaje crítico y las posturas de la cinta contra ciertos biológicos.

A partir del estreno, comentarios en X comenzaron a cuestionar que una estrella de su nivel diera “legitimidad” a un proyecto que alimenta dudas sobre la seguridad de las vacunas, en especial después de años de debate por la pandemia de Covid-19. Algunos usuarios señalaron que, para una figura con largo historial humanitario, no bastaba decir “solo fui el narrador” cuando el tema puede impactar la confianza pública en la inmunización.

Frente a la ola de críticas, un representante del actor salió al paso y dejó claro que Liam Neeson “nunca ha sido, ni es, antivacunas”, subrayando que su trabajo para UNICEF demuestra un apoyo consistente a la inmunización y a las iniciativas de salud pública alrededor del mundo. La postura oficial también recalcó que Neeson no tuvo injerencia en el contenido editorial del documental y que cualquier duda sobre sus afirmaciones debe dirigirse exclusivamente a los productores.

Liam Neeson asegura que no es antivacunas

Lejos de una narrativa negacionista, el comunicado matiza que reconocer la posible corrupción dentro de la industria farmacéutica no equivale a oponerse a las vacunas, dos debates que el entorno digital suele mezclar peligrosamente en un mismo bloque. El equipo del actor insiste en separar las críticas a malas prácticas corporativas de una postura científica y responsable a favor de la inmunización.

El propio Neeson ya había respaldado públicamente las vacunas en años recientes, incluso después de la controversia global por los biológicos contra la Covid-19, llamándolas “una historia de éxito humano notable” en un mensaje difundido por UNICEF durante la Semana Mundial de la Inmunización. En ese video, destacó que miles de millones de niños han sido vacunados gracias a científicos, trabajadores de la salud y voluntarios.

Además, el ganador de múltiples reconocimientos ha sido embajador de buena voluntad de UNICEF por casi 15 años, un rol en el que ha impulsado campañas para que más personas se vacunen y para que quienes tienen recursos donen dosis a países con menos posibilidades económicas. En una campaña previa, el actor alentó a la población de Irlanda a recibir su vacuna y ayudar también a comunidades más vulnerables alrededor del mundo.

Críticas y apoyos en redes sociales

Aun con esa trayectoria, una parte del público considera que su participación en Plague of Corruption fue un movimiento irresponsable, pues su imagen de figura comprometida con causas humanitarias podría interpretarse como un aval total al mensaje del documental. En X, algunos usuarios recalcaron que una celebridad de su talla no es “un freelancer cualquiera” haciendo locución para pagar la renta, sino alguien cuya voz tiene peso político y social.

Otros críticos insistieron en que, aunque Neeson asegure no ser antivacunas , su decisión de narrar una cinta que cuestiona la seguridad de ciertos biológicos inevitablemente suma combustible a la desconfianza y tiene consecuencias. Para ese sector, el problema no es solo lo que cree el actor, sino el impacto de prestar su imagen a un proyecto que se alinea con discursos ya presentes en comunidades escépticas.

Sin embargo, también hubo usuarios que salieron a defenderlo y pidieron “dejarlo en paz”, argumentando que se puede ser crítico con algunos aspectos de las farmacéuticas sin caer en el extremo de rechazar todas las vacunas o enmarcarse automáticamente en la etiqueta de antivacunas. Algunos incluso celebraron su participación, afirmando que su aprecio por el actor aumentó tras su involucramiento con el proyecto.

Entre quienes respaldan al equipo detrás de Plague of Corruption, el productor ejecutivo Kent Heckenlively —coautor del libro en el que se basa el documental— aplaudió a Neeson y lo calificó como un fichaje a su favor, comparándolo con el personaje Aslan, un guiño que entusiasmó a seguidores del proyecto. Para ellos, la voz del actor aporta una fuerza narrativa clave al relato que busca exponer presuntos abusos y silencios de la gran farmacia.

En medio de esta tormenta digital, Liam Neeson intenta trazar una línea clara: se declara firme defensor de las vacunas y de la inmunización global, mientras reconoce que existen temas incómodos en la industria farmacéutica que merecen ser discutidos con rigor y sin desinformación. La discusión, lejos de cerrarse, abre un nuevo capítulo sobre hasta dónde llega la responsabilidad de las celebridades cuando prestan su voz a proyectos polémicos y cómo ese gesto puede reconfigurar su relación con el público en la era de las redes.

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