Desde que el nombre de la escritora mexicana Tamara Trottner comenzó a ocupar titulares por la adaptación de su libro a serie “Nadie nos vio partir”, mucha gente se ha preguntado qué fue de sus padres reales, los que dan vida a los personajes “Valeria” y “Leo” en la ficción.
Aquí está el relato, cuidadosamente reconstruido con base en sus propias palabras y entrevistas públicas.
Qué se sabe de la madre de Tamara Trottner
La figura materna de Tamara —representada en la serie por “Valeria Goldberg”— aparece como la gran protagonista silenciosa de la historia. Tamara ha contado que su madre ejerció una lucha incansable, en una época en la que los derechos de las mujeres y de los niños eran invisibles en muchas familias poderosas.
En una entrevista explicó que la historia familiar se remonta a los años sesenta, cuando su padre tomó la decisión de llevarse a los hijos sin el consentimiento de su mamá, generando un trauma que quedó marcado para siempre.
Aunque sus nombres reales están protegidos, se sabe que pertenecían a dos familias de la comunidad judía en México, y que la madre permitió que Tamara contara su versión al avalar tanto el libro como la serie basada en él.
Qué pasó con el padre de Tamara Trottner
El personaje “Leo Saltzman” toma inspiración directa del padre de Tamara. De acuerdo con un artículo de La Razón, ese padre llevó a Tamara y a su hermano fuera de México cuando ella tenía cinco años, lo que fue presentado como un viaje, pero luego se entendió como un desplazamiento sin el consentimiento de la madre.
Tamara ha explicado que el padre nunca estuvo encarcelado porque aquella acción no fue calificada legalmente como secuestro en ese momento, sino como un viaje decidido unilateralmente.
Años más tarde, ella aceptó un encuentro con él cuando ya era adulta y mencionó que hubo perdón mutuo, tras décadas de silencio.

Cómo viven hoy los papás de Tamara Trottner
Aunque la privacidad de la familia se ha mantenido, lo que se conoce es que la madre de Tamara vive con reconocimiento por su papel en la historia y ha reconstruido su vínculo con la escritora. Tamara ha declarado que su relación con ella es “excelente” y que fue clave para que la obra viera la luz.
Por su parte, del padre se sabe menos: después de la separación de los niños pasó a ocupar un lugar marginal en la narrativa familiar, pero estuvo presente en parte para que Tamara pueda contar su historia de ambos lados. Él murió en 2019 tras padecer demencia senil.







