En Monza, McLaren dejó de ser el equipo simpático que desafiaba a Red Bull para convertirse en protagonista de un debate mucho más incómodo: ¿hasta dónde deben intervenir las órdenes de equipo en plena lucha por el campeonato?
Lo que parecía una carrera tranquila para sellar un 2-3 detrás de Verstappen terminó en un huracán mediático. Lando Norris, que había peleado durante toda la jornada por el segundo lugar, vio su carrera afectada por una parada lenta en boxes. Oscar Piastri, líder del campeonato, salió beneficiado… pero solo por unos segundos. La escudería decidió ordenar al australiano que cediera la posición a su compañero.
La instrucción fue obedecida, pero no sin dudas. El gesto dejó a muchos preguntándose si McLaren abrió un frente de guerra dentro de su propio garaje.
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— McLaren (@McLarenF1) September 8, 2025
Un dilema para la recta final
La lógica parecía simple: compensar el infortunio de Norris y mantener la “igualdad” entre pilotos. Sin embargo, la decisión deja un dilema mucho más profundo. ¿Qué pasará cuando no se trate de un segundo lugar, sino de una victoria que pueda definir el título? ¿De verdad McLaren puede sostener el discurso de neutralidad sin acabar favoreciendo, consciente o inconscientemente, a uno de sus hombres?
El campeonato está al rojo vivo: Piastri todavía lidera, pero Norris no baja la guardia. Con ocho carreras por delante, cualquier orden de equipo puede ser el punto de quiebre. Lo que en Monza se justificó como un acto de justicia podría transformarse en el inicio de un conflicto imposible de apagar.
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¿Justicia deportiva o traición disfrazada?
Los defensores de la medida aseguran que fue un acto de equilibrio: Norris aceptó dejar a Piastri entrar primero a boxes para cubrir a Ferrari, y un error mecánico arruinó su carrera. Bajo esa lógica, devolverle el lugar era lo más justo.
Pero los críticos no lo ven igual: consideran que McLaren, en su afán de mostrarse imparcial, terminó por enviar un mensaje peligroso. En un deporte donde cada punto puede definir la gloria, esa “neutralidad” podría convertirse en un arma de doble filo.
La temporada aún tiene muchas batallas por librar, y lo único claro es que McLaren ya no podrá escapar del escrutinio. Monza fue apenas la primera chispa; el incendio podría llegar en cualquier momento.