La historia de Brian Olivera se convirtió en uno de los episodios más emotivos dentro del reciente ascenso de Estudiantes de Río Cuarto a la Primera División de Argentina. Hace tres años, el portero fue diagnosticado con cáncer de testículo y debió someterse a quimioterapia. En ese proceso, escuchó una frase que marcó su vida: los médicos le advirtieron que probablemente no volvería a jugar al fútbol.
Sin embargo, Olivera no se rindió, luchó por su vida y no solo logró recuperarse, sino que también pudo regresar a la actividad profesional. Este domingo, fue una de las piezas clave de un equipo que volvió a la élite del fútbol argentino después de cuatro décadas, tras igualar 1-1 (ganó 3-1 en el global) ante Deportivo Madryn .
En diálogo con TyC Sports, Olivera también reveló un detalle íntimo que acompañó toda su recuperación contra el cáncer. Su hijo le regaló un peluche llamado Pochi al inicio del tratamiento y le dijo: "toma, te va a dar suerte". Desde entonces lo lleva a todos lados y reconoce que lo ayudó a atravesar la etapa más compleja de su vida.
"ME DIJERON QUE NO IBA A JUGAR MÁS AL FÚTBOL Y LA VIDA TE DA UNA NUEVA OPORTUNIDAD" 🦁
— TyC Sports (@TyCSports) December 1, 2025
El arquero Brian Olivera, de la lucha contra el cáncer a el ascenso con Estudiantes de Río Cuarto a Primera División.
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El ascenso de Estudiantes de Río Cuarto y el rol de Olivera
Estudiantes de Río Cuarto selló su regreso a Primera División tras empatar 1-1 ante Deportivo Madryn en el Estadio Abel Sastre, resultado que, sumado al 2-0 de la ida, confirmó el tan esperado ascenso. El club no juega en la máxima categoría desde hace 40 años, por lo que la conquista tuvo un valor histórico para la institución.

La final fue intensa desde el inicio, con un Deportivo Madryn necesitaba revertir la serie y que salió a presionar en los primeros minutos, aunque sin generar demasiado peligro claro sobre el arco de Olivera. En la segunda parte, encontró el 1-0 gracias a una tijera de Luis Silba que encendió el tramo final del encuentro. Sin embargo, a los 85 minutos, Agustín Morales marcó el 1-1 definitivo.
El cierre del partido tuvo tensión, expulsiones e incidentes en la tribuna, pero nada alteró el objetivo conseguido por Estudiantes de Río Cuarto. Para Olivera, el ascenso representó mucho más que un logro deportivo, fue la confirmación de una recuperación que lo llevó de una enfermedad grave como el cáncer a protagonizar uno de los logros más importantes del fútbol argentino en esta temporada.

