Un centro de venta y distribución ilegal de combustible, que almacenaba más de 250 mil litros de hidrocarburo robado, fue descubierto en la colonia La Libertad de Perote, Veracruz. Lo más alarmante: operaba bajo la fachada de una empresa de manejo de residuos peligrosos y, según autoridades, tenía 8 años funcionando a pesar de las múltiples quejas vecinales.

El hallazgo expone un modus operandi que se repite en el estado: empresas fachada, permisos oficiales en regla y bodegas repletas de combustible robado.

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Tras el descubrimiento, el presidente municipal de Perote, Delfino Ortega, confirmó que las advertencias no son nuevas. Los vecinos ya habían denunciado la situación hace años.

“Ya data de hace muchos años. Ha habido algunas manifestaciones en el 2017 donde la población de La Libertad se quejó por los olores fétidos que expedía. Sin embargo, pues quedó nada más en la manifestación, no hubo intervención”, admitió el edil.

Alcalde se deslinda: “Permisos los da el estado”

A pesar de que el propio ayuntamiento confirmó que la empresa contaba con todos los requerimientos municipales, el alcalde Ortega se deslindó de la responsabilidad principal, asegurando que los permisos para las actividades más peligrosas no los emitía él.

“Consideramos esa empresa que tenía residuos altamente peligrosos, pero naturalmente esa parte, los permisos, no los damos los municipios, la da naturalmente el gobierno del estado”, declaró Ortega.

El edil agregó que la empresa obtuvo autorizaciones (una solicitud ingresó a SEMARNAT en 2010) bajo el argumento de ser un “proyecto de tratamiento y recuperación de desechos derivados de hidrocarburos”.

Hubo una explosión en junio y “se corrigió"

La negligencia se vuelve más evidente al revelarse que el sitio ya había registrado un incidente de riesgo este mismo año. El propio alcalde lo confirmó:

“Hubo en el mes de junio una pequeña explosión donde intervino nuestra autoridad, en este caso Protección Civil municipal, y se corrigió el caso”, mencionó el alcalde.

A pesar de esa “pequeña explosión” y las protestas de 2017, la bodega siguió operando hasta este descubrimiento. Este caso se suma a los detectados en Moloacán, Las Vigas de Ramírez y Minatitlán, que siguen el mismo patrón de presunta legalidad para ocultar el robo de combustible.