Un incidente de tráfico puede desatar un ataque de ira que puede traer consecuencias incluso legales, pero qué es y cómo controlarlo, una terapeuta opina al respecto.
Tal es el caso de José Ángel, un joven que ahora tiene que frenar su vida para recuperarse del ataque de ira de su agresor, quien ahora se encuentra en el reclusorio.
Agresiones físicas, una de las consecuencias de la ira
Todo comenzó en cuando en un simple cambio de carril, el otro conductor, quien en un ataque de ira, se bajó de su vehículo y lo atacó con una navaja que dejó a José Ángel fuera de toda actividad física al menos por tres meses.
“Me bajé del vehículo y empezó el pleito, él sacó una navaja y me la entierra en el costado, ya entre todo no sentía nada, no sabía que ya me había perforado”, explicó José Ángel.
¿Qué es un ataque de ira?
Nadia Guillén, terapeuta sistémica, explicó que un ataque de ira forma parte de las emociones humanas y se considera normal.
“Se compone de varias emociones, a la vez sentimientos que nos van abrumando, pero es la consecuencia de la reacción de no pensar de cosas que vamos acumulando. Entonces reacciona, no pensamos, es una reacción”, explicó la terapeuta.
La terapeuta explicó que existen diversos niveles de ira, incluso hay varios tipos, como la pasiva y la reactiva.
El enojo puede tener factores internos y externos, los primeros pueden ser desde pensamientos, celos y recuerdos traumáticos. Mientras que los externos pueden ser desde enfrentar una situación que sale del control de cada persona, como el retraso de un trámite y el tráfico.
En un ataque la persona pierde el control y se vuelve violenta, capaz de gritar, insultar o incluso golpear. Generalmente, después de esos arranques te invade un sentimiento de culpa, vergüenza y/o arrepentimiento.
Consejos para controlar un ataque de ira
La terapeuta recomienda el acompañamiento de un especialista que permita a la persona resolver y controlar sus emociones.
La American Psychological Association da algunas estrategias en caso de un ataque de ira.
Uso de las técnicas de relajación, la respiración profunda.
La reestructuración cognitiva, es decir, que la persona reemplace los insultos o palabras que usa durante un ataque de ira, por otras frases o palabras razonables. Por ejemplo: en lugar de decir, “Ay, es horrible, es terrible, se arruinó todo,” dígase “es frustrante y es comprensible que esté disgustado pero no es el fin del mundo y enojarme no va a solucionarlo.”
Resolución de problemas. Especialistas recomiendan que la mejor actitud para superar una situación que causa la ira es concentrarse no tanto en hallar la solución, sino en cómo manejar y enfrentar el problema.