Eso es terrorismo y que nadie se espante, y digo que nadie se espante porque en nuestro pobre México nadie se atreve a pronunciar la palabra, es literal, decir terrorismo causa terror, pero con la pena, alguien se los tenía que decir y lo que hicieron los normalistas de Ayotzinapa fue un acto de terrorismo.
Vamos a ubicarnos en el tiempo, en el espacio y en los hechos:
Fue el viernes 4 de febrero, al mediodía, los delincuentes de la normal rural “Isidro Burgos”, tenían planeado tomar la caseta de cobro “Palo Blanco”, en la Autopista del Sol. Para llegar desde su escuela hasta la caseta secuestraron 11 autobuses, primer delito.
Guardias nacionales y policías estatales de Guerrero, los estaban esperando para impedirles que hicieran lo que hacen cada que se les pega la gana, sobre todo cuando es fin de semana largo y el flujo de vehículos es importante hacía Acapulco, segundo delito.
Ya se les había advertido, no se les permitiría que tomaran la caseta para pedir 100 pesos a cada vehículo que pasara por ahí, como eso no les gustó, los “incomprendidos” de siempre, lanzaron palos, piedras, petardos y bombas molotov a los agentes, tercer delito.
Ataque de terroristas en Palo Blanco duró cerca de 40 minutos
El enfrentamiento duró más o menos 40 minutos, guardias nacionales y policías estatales se replegaron y formaron un cerco, entonces, los “estudiantes” aplicaron en plan “B”:
Bajaron al chofer de un tráiler de mercancía que había quedado atorado en la autopista, saquearon la caja, atoraron el volante, pusieron la palanca en punto muerto, el proyectil estaba listo, aprovecharon la pendiente del camino, empujaron el tráiler y lo lanzaron contra el muro de los agentes.
Una escena increíble, los agentes no sabían para donde correr, el escudo y el tolete no ayudan mucho para detener las toneladas que bajaban a toda velocidad, cuarto delito: el atentado.
La palabra es dura, a los políticos no les gusta decirla, a la gente no le gusta escucharla, pero las palabras existen y hay que usarlas, y en este caso, hablar de terrorismo no es de gustos o disgustos, es por definición.
Por eso, me atrevo a decir que lo ocurrido en la Autopista del Sol es terrorismo, porque cumple con todos los requisitos, fue un acto premeditado, con una bandera de lucha política-social, con el propósito de hacer daño a un grupo de personas, en este caso guardias nacionales y policías estatales.
Hoy, esos normalistas deberían de estar detenidos y acusados de robo, secuestro, bloqueo a las vías generales de comunicación, terrorismo, intento de homicidio, pero no, están en su guarida planeando el siguiente atentado.
Están haciéndose las víctimas, protegidos por los “desechos” humanos y por un sistema miedoso que no se atreve a castigarlos, un sistema de injusticia que todo lo manda al cajón de la impunidad, y ya lo sabemos, delito que queda impune es un delito que se repite.