Los trastornos del espectro autista (TEA) son un conjunto de condiciones neurológicas y del desarrollo que impactan la forma en que las personas interactúan, se comunican, aprenden y se comportan. Si bien el diagnóstico de autismo puede darse a cualquier edad, se considera un “trastorno del desarrollo” debido a que sus síntomas suelen aparecer en los primeros dos años de vida.
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El Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-5), una guía utilizada por profesionales de la salud mental para el diagnóstico, describe que las personas con TEA generalmente presentan estos comportamientos de comunicación e interacción social:
- Hacer poco contacto visual o hacerlo de manera inconsistente.
- Parecer como si no mirara o escuchara a las personas que están hablando.
- Compartir con poca frecuencia algún interés, emoción u objetos o actividades que disfruten.
- No responder o demorarse en responder cuando se les llama por su nombre o mediante otros intentos verbales para captar su atención.
- Tener dificultad para seguir las conversaciones.
- A menudo, hablar largo rato sobre un tema que prefiere, sin permitir que otros tengan la oportunidad de responder o sin darse cuenta cuando los demás reaccionan con indiferencia.
- Tener expresiones faciales, movimientos y gestos que no coinciden con lo que están diciendo.
- Tener un tono inusual de voz que puede sonar como si estuvieran cantando, o un tono monótono y similar al de un robot.
- Tener problemas para comprender el punto de vista de otra persona, o no poder predecir o entender las acciones de otros.
- Tener problemas para adaptar su comportamiento a diferentes situaciones sociales.
- Tener dificultad para compartir en un juego imaginativo o para hacer amigos.
También se distingue:
- Dificultad para comunicarse e interactuar con los demás.
- Intereses limitados y comportamientos repetitivos.
- Síntomas que afectan su desenvolvimiento en la escuela, el trabajo y otras áreas de la vida.
El término “espectro” se emplea para describir el autismo debido a la amplia variación en el tipo y la gravedad de los síntomas que experimentan las personas con estos trastornos.
¿Cuáles son las causas de los trastornos del espectro autista (TEA)?
Si bien los investigadores aún no han logrado descifrar las causas exactas de los trastornos del espectro autista (TEA), la evidencia científica apunta a una interacción compleja entre la genética y el entorno como factor determinante.
Diversos estudios sugieren que la predisposición genética juega un papel fundamental en el desarrollo del autismo. Se ha observado que la probabilidad de tener un hijo con TEA aumenta significativamente si uno o ambos padres tienen el trastorno, o si hay familiares cercanos con la condición.