El pecado original de la reforma Judicial: Cuando la impunidad nace antes del juicio

Lo que vive el Poder Judicial es una historia más profunda, marcada por una reforma que no busca la justicia, sino el sometimiento y el control político.

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Seguridad

Por: Salvador Maceda

En un ambiente de creciente tensión y polarización respecto al sistema de justicia mexicano, se ha levantado una fuerte polémica sobre la responsabilidad en la impunidad y el avance del crimen organizado.

Omar García Harfuch, Secretario de Seguridad y Protección Ciudadana, señaló que “el pecado original de la reforma judicial es la mentira de atribuir la impunidad y el aumento del poder criminal enteramente a los jueces… cuando el problema inicia en la inacción y la corrupción de policías y ministerios públicos”. Esta frase resume la complejidad de un problema que no puede simplificarse.

Raíz del problema: policías y ministerios públicos

En declaraciones recientes, García Harfuch reconoció la existencia de jueces que han favorecido a presuntos delincuentes, pero enfatizó que la raíz del problema se encuentra mucho antes, en la calidad deficiente y, en muchos casos, corrupta de las investigaciones policiales y las fiscalías.

En otras palabras, la puerta giratoria que permite la liberación de delincuentes radica principalmente en carpetas de investigación mal elaboradas, con pruebas endebles y vacíos evidentes.

La defensa de jueces y magistrados

Por su parte, jueces y magistrados han replicado estas afirmaciones señalando que no son los únicos responsables y que la crítica desproporcionada hacia su labor es recurrente. Reynaldo Reyes Rosas, magistrado federal, declaró con contundencia: “No saben hacer su trabajo, piensan que hacer una licenciatura con experiencia policiaca los convierte en juristas, pero ni siquiera han leído la Constitución”. improvisadas y negligentes.

La realidad de los expedientes judiciales

Faustino Gutiérrez, juez federal, complementa esta visión: “¿Qué tiene que hacer un juez? Liberar a la persona si la policía está mintiendo y montando una carpeta falsa. Con ese tipo de pruebas no pueden emitir una sentencia”.

Los magistrados denuncian que el gobierno seguirá repartiendo culpas, tirando piedras y denostando, mientras se evade una reforma profunda que transforme verdaderamente el sistema judicial.

Una reforma cuestionada y sus consecuencias

Esta situación es el prólogo de una historia más profunda, marcada por una reforma judicial que no busca la justicia, sino el sometimiento y el control político. Reyes Rosas finaliza con una afirmación dramática: “Yo me retiré por no ser cómplice de esta reforma judicial, es una estupidez”.

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