La carretera principal que conecta con el Centro Ceremonial Otomí, en el municipio de Temoaya, Edomex, fue inaugurada apenas en julio de este año con una inversión de 120 millones de pesos. Hoy, apenas unos meses después, uno de sus tramos permanece cerrado y delimitado con costales, cintas y llantas, luego de que el colapso parcial de un carril evidenciara fracturas graves en el pavimento.

Obra pone en riesgo a los habitantes y afecta movilidad

El cierre ha generado molestia entre vecinos y visitantes, quienes señalan que la obra no cumplió con la calidad prometida. Ciclistas, automovilistas y peatones se arriesgan a transitar por la zona, mientras que quienes optan por rutas alternas deben enfrentar traslados mucho más largos y complicados.

“Está mal hecho, deberían revisar esta y otras zonas que también están en riesgo”, señaló uno de los habitantes afectados.

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El problema no solo ha impactado en la movilidad. Comercios locales reportan pérdidas importantes debido a la disminución del flujo de clientes. Algunos incluso han tenido que cerrar temporalmente.

“Me afectó al 100 por ciento. Ahorita no hay nadie, ¿qué vamos a hacer?”, relató un comerciante que decidió bajar las cortinas hasta que se normalice la circulación.

La situación ha sembrado temor entre los vecinos, pues temen que otros tramos de la carretera también colapsen. “Yo soy ciclista y frecuento esta vía. Se comentó que se iba a reparar, pero no he visto actividades de reacondicionamiento”, expresó otro usuario habitual de la ruta.

¿Qué dice el Ayuntamiento de Temoaya sobre la reparación de la vialidad?

El Ayuntamiento de Temoaya reconoció los daños y aseguró que se encuentra elaborando un nuevo proyecto junto con el presupuesto necesario para gestionar la reparación integral de la vialidad.

De acuerdo con estimaciones oficiales, más de 11 mil habitantes de la región dependen diariamente de esta conexión, por lo que la pronta rehabilitación resulta urgente para evitar mayores afectaciones.

Mientras tanto, la zona permanece delimitada con señalamientos de riesgo y la incertidumbre crece entre la población, que exige transparencia sobre el destino de la millonaria inversión inicial y garantías de que no volverán a enfrentar un colapso similar en el futuro inmediato.