En la frontera entre Guatemala y México, Walter González, conocido como “El Pescador de Cadáveres”, ha sido testigo desde niño de la brutal realidad que vive esta región. Con más de 40 cuerpos encontrados, muchos de ellos con signos de tortura, Walter es un termómetro social que refleja la creciente violencia y la invisibilidad de las víctimas en Chiapas, el estado más pobre y con mayor inseguridad del país.

“El Pescador de Cadáveres”: La impactante realidad en la frontera Sur de México

Walter González, pescador de profesión, se ha convertido en un símbolo trágico de la violencia que azota la frontera sur de México, específicamente en Tapachula, Chiapas. Desde los 6 años ha “atestiguado de todo” en esta zona donde el tráfico de migrantes y la extorsión han recrudecido la inseguridad.

Con tambo de gasolina, enciende el motor de su lancha para recorrer las aguas donde frecuentemente encuentra cuerpos flotando. Él explica: “Vienen los, los muertitos, por este, no se sabe si son que los matan o se ahogan, pero más que, que la delincuencia, pues los mata”. En sus recorridos ha identificado cadáveres con claros signos de tortura, algunos envueltos en costales o maniatados con alambres de púas.

Este pescador ha encontrado aproximadamente entre 45 y 50 cuerpos, principalmente de personas que van desde los 25 y 35 años. Walter es la única persona que les rinde un último adiós, rezándoles antes de que sean trasladados a la fosa común. “En mi mente le pido a Dios por sus almitas”, comenta con gran pesar.

La crisis de seguridad en Chiapas: Una mirada de realidad

Tapachula ha sido catalogada en el primer trimestre de este año como la ciudad con mayor percepción de inseguridad en todo México. Walter señala con tristeza: “Ya no hay aquella confianza que, que había antes de que tú salías hasta medianoche y nada te pasaba”. Su historia es un reflejo de la grave crisis humanitaria y de violencia que atraviesa esta frontera clave.