Esta columna es sobre el “Acuerdo de Palenque”, pero antes hablemos de la emigración continental.
¿A cuánta gente conoce usted que se fue de México, “al otro lado”?
El centro de estudios estadísticos Pew de Estados Unidos, dice que… “Casi la mitad de los mexicanos conoce a alguien que emigró a Estados Unidos”.
Antes los mexicanos que emigraban a Estados Unidos salían de los estados del bajío, ya eso cambió, hoy emigran de todo México. Por eso tantas familias dicen tener contacto cercano con amigos o familiares que viven en Estados Unidos, y por eso las remesas llegan a todo el país.
El mismo análisis muestra que un creciente porcentaje de mexicanos conoce a alguien que trató de entrar a Estados Unidos, pero que fue forzado a regresar porque “la migra” lo capturó.
Curiosamente, cuando los demógrafos que trabajaron en estas estadísticas preguntaron ¿Cuántos mexicanos se regresaron por no haber encontrado trabajo en Estados Unidos? Los números se reducen enormemente.
Las conclusiones del “Acuerdo de Palenque”
En la reunión sobre la inmigración convocada por México en Palenque, el 22 de octubre de este año, los diez países asistentes firmaron una declaración que afirma que, entre los causantes de la inmigración a Estados Unidos, está el embargo de Estados Unidos a Cuba y las sanciones a Venezuela.
Por eso los diez países pidieron el fin del embargo comercial vigente de Estados Unidos a Cuba, llamándoles: “Medidas coercitivas unilaterales”.
Lo que la declaración no menciona es que el embargo no restringe al resto de los países del planeta para que negocien e inviertan con la Isla y con su gobierno. simplemente se lo impide a las empresas y los ciudadanos estadounidenses.
Y usted se tiene que preguntar ¿qué es lo que ha evitado que desde febrero de 1962 en que el embargo fue impuesto, el resto del mundo invierta o negocie con Cuba?
El “Acuerdo de Palenque” no menciona que el resto del mundo no establece relaciones comerciales con el gobierno comunista de la isla, porque el gobierno de Cuba demanda convertirse en socio mayoritario de cualquier inversión en su país.
El acuerdo tampoco reconoce que en términos de operaciones comerciales invertir en Cuba causa muchos problemas. Cualquier empresa que haya invertido en Cuba le puede dar fe de que sus operaciones tienen mucho en contra.
El primer obstáculo es la burocracia gubernamental; la lentitud en la toma de decisiones y la incapacidad de contratar trabajadores y pagarles directamente. La ley cubana demanda que los inversionistas extranjeros contraten trabajadores a través de agencias públicas conocidas como “entidades empleadoras”. Con lo anterior el gobierno de Cuba recoge el sueldo de los trabajadores en moneda dura, y les paga a los trabajadores con pesos cubanos que no valen nada. La consecuencia natural es que, una vez establecida la inversión las empresas extranjeras se encuentran con bajos niveles de productividad laboral y con altísimos niveles de ausentismo.
El pronunciamiento de los diez países en la reunión en Palenque llama específicamente a los gobiernos de Cuba y EE. UU. a “Sostener, en el menor tiempo posible, un diálogo integral sobre sus relaciones bilaterales”.
Lo extraño de este pronunciamiento es que ignora los cambios que el gobierno de Joe Biden hizo recientemente en cuanto a Cuba. Eso es importante porque esos cambios revocaron las restricciones que Donald Trump impuso durante su presidencia. Eso quiere decir que el gobierno en Washington ya autorizó licencias estadounidenses para financiar e invertir directamente en pequeñas empresas privadas en la isla.
La razón para estos cambios es que hay sectores de la economía cubana que presentan posibilidades atractivas, como el turismo, la energía, la agroindustria y la biotecnología. Pero las empresas estadounidenses no saltaron de entusiasmo porque antes de poner cinco centavos de inversión en Cuba hay que considerar que las empresas extranjeras de Canadá, Europa y Asia disfrutan ya de la “ventaja de ser las primeras en actuar”.
Una cosa más no mencionada en el “Acuerdo de Palenque”. Los países como España, el Reino Unido, Canadá, Francia y Japón le han hecho préstamos a Cuba, y eso les da una ventaja de protección a sus inversiones y sus inversionistas y ni así hay inversiones importantes con los cubanos.
Se da usted cuenta, las causas de la migración mundial a Estados Unidos no tienen nada que ver con lo que algún día fue el embargo comercial a Cuba. La realidad es que los cubanos emigran por lo mucho que los ha dañado el comunismo chambón impuesto en su país.
Pero el embargo a Cuba no es la causa de las migraciones del resto del continente.
México tiene mucha razón en buscar una solución a la inmigración irregular
México convocó a los países del hemisferio para buscarle solución a la enorme crisis migratoria. La razón es obvia, México ya se cansó de tener que cargar con un problema causado por alguien más.
Sólo piense usted que en lo que va de este año más de un millón setecientos mil migrantes usaron el territorio de la república mexicana para llegar a la frontera con Estados Unidos.
Piense usted también que en el viaje de ese millón setecientos mil, 686 personas murieron o desaparecieron.
Lo peor es que quienes se benefician directamente de esta crisis, son los carteles mexicanos, que secuestran en el viaje a los migrantes y los obligan a pagar pequeñas fortunas para liberarlos.
Por último, visualice que solo en el último mes de septiembre, de acuerdo con cifras del gobierno mexicano, a nuestro país llegaron 60.000 migrantes procedentes de Venezuela, 35.000 guatemaltecos y 27.000 hondureños.
La verdadera crisis de inmigración en México
¿Sabe usted cual es la peor estadística que existe hoy sobre la inmigración ilegal? Que un enorme porcentaje de mexicanos afirman, que se mudaría a Estados Unidos si tuvieran los medios y la oportunidad para hacerlo, y la mayoría de los que se mudarían dicen que estarían dispuestos a trabajar y vivir en Estados Unidos, aunque sea de forma ilegal.
La mayoría de los mexicanos cree que nuestros compatriotas que se han mudado a EE. UU., aun los “mojados”, tienen una vida mejor que los que se quedan en México. Eso es resultado del contacto directo intenso que hay entre los migrantes y sus familias en México, pero que no siempre es la verdad.
Lo que le falta al acuerdo de Palenque es ser más claro
Los diez países que asistieron a la reunión convocada por México, enumeraron desventajas en sus economías que necesitan ser corregidas antes de solucionar las grandes migraciones a Estados Unidos, y por eso especifican mejores acuerdos a sus deudas y la posibilidad de reforzar sus vínculos comerciales entre sí.
Si este acuerdo fuera más claro, reconocería en términos sencillos y no burocráticos de alto nivel, que la inmigración irregular a Estados Unidos, es causada, primero que nada, por el hambre.
Que, en segundo lugar, en muchos países de Latinoamérica, lo único que tiene ya años avanzando y creciendo son el crimen, la inseguridad y la corrupción.
La tercera causa es la falta de fe y confianza de que las cosas van a cambiar.
Estados Unidos es un imán poderoso porque la gente del mundo entero cree que aquí prosperará y conseguirá un empleo y así ya no tendrá que ver como sus familias se van a dormir con hambre cada noche, solo para despertar y tener hambre otra vez.
Lo que todos debemos absorber sobre la reunión migratoria en Palenque
El acuerdo de Palenque no menciona directamente a Estados Unidos, pero los líderes de la región estamparon sus firmas en una petición a los países de destino que pongan fin a “políticas inconsistentes y selectivas”, como otorgar entrada a ciertas nacionalidades, pero no a otras.
También, estos países de destino deberían ampliar las vías legales, para que con condiciones seguras y legítimas esos migrantes puedan viajar a los países más ricos. Esta es una demanda muy bien puesta porque un acuerdo de trabajadores temporales como el que tiene México con Canadá le haría mucho bien a Estados Unidos.
Ya para terminar, las conclusiones de Palenque serán traídas por el presidente de México a Washington el 3 de noviembre. Aquí la crisis migratoria para el gobierno de Joe Biden, tiene consecuencias políticas de enorme magnitud.
No perdamos de vista que EE. UU. no ha terminado con la crisis migratoria porque no tiene interés en resolverla. El día que el gobierno estadounidense multe y castigue a los estadounidenses que contratan a los trabajadores sin documentos, verá usted qué rápido se termina el problema. Pero eso representaría quedarse sin mano de obra barata.
Por eso decimos que la solución al problema migratorio continental, nada tiene que ver con el embargo a Cuba.