En el corazón de Hidalgo , donde la tierra se funde con el cielo, se yerguen imponentes los mezquites, árboles ancestrales que han visto florecer y declinar civilizaciones. Su presencia no solo ha dado nombre a esta región, sino que ha brindado vida a sus habitantes, aportando oxígeno y nitrógeno esenciales para el equilibrio del ecosistema. Sin embargo, hoy en día, estos gigantes verdes se encuentran bajo la sombra de una amenaza silenciosa y mortal: la plaga del muérdago, conocida popularmente como “motita”.
A medida que se recorre por los caminos del Cardonal, un paisaje desolador se despliega. Los otrora frondosos árboles han perdido su verdor vibrante, dando paso a un gris opaco y seco que recuerda a un bosque sacado de una película de terror. La responsable de esta devastación es una pequeña plaga que se cuelga de las ramas, succionando la vida de los mezquites: el muérdago.
Combatir esta plaga no es tarea fácil
Si se limpia un mezquite hoy, para el año siguiente la plaga habrá regresado, ya que sus semillas, volátiles y en constante floración, son transportadas por el viento con facilidad. Esta invasión parasitaria se ha extendido incluso a los cables de electricidad en municipios como Ixmiquilpan y Cardonal, afectando tanto las partes altas como las bajas de los árboles.
En los últimos cinco años, la devastación ha alcanzado niveles alarmantes, con la pérdida de alrededor de 200 hectáreas de mezquites. Los expertos de la UNAM y la Universidad de Chapingo advierten que, si no se toman medidas urgentes, la zona desértica del Valle del Mezquital podría albergar miles de árboles muertos en un futuro próximo.
Frente a esta crisis, un grupo de mujeres y hombres valientes ha emprendido una lucha por la supervivencia de los mezquites. Dedicando dos horas de su vida cada día, combaten la plaga con fumigaciones y trabajo manual, abriéndose paso entre los caminos de las comunidades de la región. Sin embargo, sus esfuerzos, aunque heroicos, no son suficientes para contener la expansión del muérdago.
La salvación de los mezquites del Valle del Mezquital no solo depende de la acción de este grupo heroico, sino de la conciencia colectiva.
Los mezquites son más que simples árboles; son símbolos de la identidad y la historia del Valle del Mezquital. Su pérdida sería una tragedia irreparable, no solo para la región, sino para el planeta entero. Es nuestro deber, como ciudadanos responsables, unir fuerzas para protegerlos y asegurar su legado para las generaciones venideras.