El INE sí se toca. O por lo menos esto es lo que nos ha demostrado la historia a lo largo de los últimos cuarenta y tantos años desde la formación del “sistema de partidos”. Entonces, ¿qué fue todo el show de este domingo? Chance y se trató de algo más “político” que de una genuina “defensa” del Instituto Nacional Electoral. Pero vámonos por partes.
Este domingo 26 de febrero, un montón de gente (para no meternos en el baile de las cifras: unos dicen 500 mil, otros que 100 mil y el gobierno de la CDMX que 90 mil) se manifestó en el corazón de la Ciudad de México quesque pa’ defender al INE. Basta una búsqueda del hashtag #ElINENoSeToca para ilustrar mucho de la protestas.
Consignas como: “Mi voto no se plagia”, a propósito de la ministra que como el SAT no tienen citas, o “Yo defiendo al INE porque con él yo puedo elegir” se hicieron notar en la plancha del zócalo desde muy temprano.
Nada más alejado de la realidad pues, desde la época del caldo la autoridad electoral, mejor conocida ahora como el INE, ha sido más tocada que los pasamanos del metro Indios Verdes un lunes a las 9 de la mañana.
El pre INE y el sistema de Partidos
Por ejemplo, por allá de 1976, el candidato del PRI a la presidencia de México, José López Portillo, compitió en solitario. Es decir, un antecedente directo del INE en el gobierno organizó las elecciones en las que increíblemente nada más había un candidato. ¡UNO! El buen JOLOPO.
Esto obligó a que un año más tarde, en 1977, la Ley electoral, incluido este ancestro directo del INE, se modificara para reconocer a organizaciones como el bellísimo Partido Comunista Mexicano, el ilustre Partido Popular Socialista e incluso el Partido Demócrata Mexicano. Resultado de un proceso histórico y consustancial hacia la modernización política, como decía el politólogo Angelo Panebianco.
El extinto IFE (hoy INE)
Unas décadas más tarde, por ahí de 1990-1991, luego del chistecito de la “caída del sistema” y del triunfo cuestionadísimo de Carlos Salinas de Gortari sobre el Ing. Cuauhtémoc Cárdenas, fue creado el Instituto Federal Electoral (hoy INE) para que el gobierno dejará de ser calificador de las elecciones.
Así se creó una gran institución que por muchos años se dedicó única y exclusivamente al conteo de votos en las elecciones (para diputados, senadores y presidente), antes de su desastrosa evolución: el INE.
Comienzan a llegar los participantes a la concentración en defensa del @INEMexico: "Mi voto no se toca"; además, surge manta con foto de Génaro García Luna y el logo del #PAN con la leyenda "García Luna no se toca"#MarchaINE pic.twitter.com/WINQS2vFeX
— Fuerza Informativa Azteca (@AztecaNoticias) February 26, 2023
El INE contra sus enemigos
Luego vinieron algunas reformas que le agregaron un montón de atribuciones al ahora INE e hicieron de una institución que tenía hartas cosas por mejorar en un auténtico monstruo, enorme, robusto y complejísimo.
Solo hace falta revisar las reformas de 2007-2008 o, si no se quieren irse tan lejos, también está la gran serie de modificaciones en materia electoral del 2014 que, por cierto, creó al INE que hoy conocemos.
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El INE y “lo político”
Entonces, si el INE es una cosa que claro que se toca (y qué bueno, porque como dice el slogan de cierta institución mexicana “todo lo que se mide, se puede mejorar”… ¿Qué fue todo eso que vimos este domingo?
Aquí hay de dos sopas: o no se conoce la historia plagada de reformas que ha tenido la autoridad electoral, o se sabe y se omite para colocar un mensaje o una determinada postura política y el INE fue el pretexto.
Al INE hay que exigirle que sea una institución eficiente, con leyes claras y sencillas, accesibles para todos los ciudadanos que aspiran a ocupar un cargo de representación popular. Y, sobre todo, que se dedique a su chamba: contar votos.
El INE sí se toca y si no estás de acuerdo, pues, nos vemos en la próxima marcha… o, mejor, aún, nos vemos en unos años con el juicio de la historia sobre nuestros hombros. ¿O ustedes qué piensan?