28 de junio (Notimex).- El Papa Francisco aceptó hoy las renuncias de otros dos obispos de Chile como parte de las decisiones de corto plazo que él mismo anunció para lidiar con la crisis por los abusos de poder, de conciencia y sexuales en ese país.
Según informó la sala de prensa del Vaticano, el pontífice determinó así la salida de sus puestos de Alejandro Goic Karmelic, obispo de Rancagua, y de Horacio Valenzuela Abarca, obispo de Talca. Al mismo tiempo optó por no designar titulares sustitutos para ninguna de las dos diócesis.
Para guiar esas demarcaciones eclesiásticas designó como administradores apostólicos de sede vacante “hasta cuando lo decida la Santa Sede” a los obispos auxiliares de Santiago, Luis Fernando Ramos Pérez (para Rancagua) y Galo Fernández Villaseca (para Talca).
Estas dos renuncias se suman a otras tres aceptadas por el Papa el pasado 11 de junio luego que todos los obispos de Chile, en bloque, las presentaron el 17 de mayo pasado por la crisis por los abusos de poder, de conciencia y sexuales de las últimas décadas, en la Iglesia de ese país.
El Papa reconoció públicamente que en Chile se ha dado una “cultura del abuso” y un “sistema de encubrimiento”, producto de una cultura elitista, de un arraigado clericalismo y de una pérdida del sentido espiritual en muchas instituciones católicas.
Ante el demoledor diagnóstico, presentado en mayo por Francisco a todos los obispos chilenos convocados a Roma para reuniones extraordinarias, ellos optaron por poner sus puestos a disposición para permitirle decidir sobre el futuro de cada uno.
Entre los primeros desplazados de este día destaca Valenzuela, uno de los pupilos de Fernando Karadima, el más famoso de los sacerdotes abusadores, poderoso y fascinante clérigo, durante años párroco del templo de Providencia, en el acomodado barrio “El Bosque” de Santiago.
En 2011, Karadima fue hallado culpable de abusos sexuales contra menores por el Vaticano y condenado a una vida de penitencia, alejado de todo ministerio público.
El otro de los desplazados es Goic, en cuya diócesis funcionaba una cofradía de sacerdotes que se hacía llamar “la familia” y la cual habría incurrido en conductas sexuales impropias además de abusos.
El escándalo explotó el 18 de mayo pasado, cuando fue difundido por la televisión chilena. El obispo, quien había primero desestimado algunas acusaciones, terminó por suspender a 14 sacerdotes y por presentar denuncias ante la policía.