21 de junio (Notimex).- Grecia espera obtener hoy el acuerdo de sus socios de la zona del euro para poner punto final a su tercer programa de rescate, vigente hasta el 20 de agosto, que le habrá concedido un total de 86 mil millones de euros (99.2 mil millones de dólares).
El futuro del país centra una reunión de ministros de Finanzas de la unión monetaria en Luxemburgo, en la que tienen previsto reconocer que Atenas ha cumplido con todas las condiciones asociadas a su préstamo.
Entre la 88 medidas exigidas se incluyen nuevas privatizaciones y reformas en el sector de la energía.
Su implementación libera el pago de 11.7 mil millones millones de euros (13.4 mil millones de dólares) del último tramo del rescate.
Sin embargo, los ministros europeos podrían decidir elevar la cifra a 15 mil millones de euros (17.3 mil millones de dólares), respondiendo al deseo de Bruselas de dotar a Grecia de un colchón de liquidez que le permita cubrir sus necesidades financieras hasta principios de 2020.
Más allá de los recursos financieros, lo que interesa a Grecia en la reunión de este jueves es la discusión que pretende abrir sobre posibles medidas para aliviar la deuda acumulada durante casi una década de rescates financieros, que se sitúa este jueves en el 178.6 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB).
Los socios del euro habían prometido al país facilitar el reembolso de su deuda una vez concluido el rescate y una vez efectuado con éxito las reformas exigidas.
“Grecia ha hecho su parte del trabajo”, señaló este martes el comisario europeo de Asuntos Económicos, Pierre Moscovici, partidario del alivio, así como el Fondo Monetario Internacional (FMI).
No se espera que Atenas reciba cualquier condonación, dado que la idea es categóricamente rechazada por Alemania.
En cambio, sus socios sí podrían ampliar por entre cinco y diez años el plazo de devolución de los préstamos y la moratoria en los pagos.
La zona del euro también debe aceptar transferir a Grecia cerca de cuatro mil millones de euros (4.6 mil millones de dólares) en beneficios obtenidos por el Banco Central Europeo (BCE) de la compra de bonos helenos.
Las concesiones estarán acompañadas de la creación de un “mecanismo de vigilancia reforzada” para garantizar que ningún futuro gobierno griego pueda dar marcha atrás en las reformas emprendidas por el actual primer ministro, Alexis Tsipras, en el marco del rescate.
Funcionarios de la Comisión Europea (CE), del BCE y del FMI se encargarían de verificar a cada tres meses que las reformas siguen su curso y tendrían competencia para exigir nuevos ajustes o congelar alguna medida de alivio de la deuda si detectan desvíos.
La conclusión del rescate de Grecia “marca el cierre del capítulo final de la crisis existencial de la zona del euro”, afirmó Moscovici.
Una crisis desencadenada por la crisis de las hipotecas en Estados Unidos, en 2008, que obligó también a Irlanda, Portugal, España y Chipre a recurrir a préstamos de sus socios, recordó.
Desde su primer rescate, en 2010, Grecia recibió un total de 273 mil 700 millones de euros en ayudas y vio su nivel de renta caer un 25 por ciento, mientras el desempleo llegaba al 27.5 por ciento, la tasa más elevada en la UE.
La situación ha mejorado desde entonces: el desempleo cayó para 20.1 por ciento en 2017 y el déficit fiscal dio lugar a un superávit de 0.8 por ciento, mientras la economía volvió a crecer a un ritmo 1.4 por ciento.
Bruselas estima que la tendencia se mantendrá este año y el próximo, con aumentos del 1.9 y 2.3 por ciento en el PIB, respectivamente.