La osa polar con su lengua dentro de la lata de leche condensada caminaba por el poblado de Dikson, en el norte d e Rusia, en el Ártico.
Los habitantes de este remoto lugar llamaron a emergencias cuando se dieron cuenta que la osa polar, de dos años, tenía la lengua dentro de la lata y no podía cerrar su hocico.

Lo primero: sedar a la osa polar
Veterinarios llegaron desde Moscú, Rusia, lo primero era sedar a la osa polar, ahí hubo un problema con el rifle que lanza los dardos.
Pero gracias a la ayuda del zoológico de Lipetsk la operación fue un éxito, “rápidamente proporcionó una pistola de dardos que funciona sin estos cilindros de gas, usa una bomba neumática”, señaló Svetlana Akulova, Directora general del Zoológico de Moscú.
“También agradecer al director del zoológico Royev Ruchey en Krasnoyarsk, quien logró encontrar cilindros de gas en Norilsk, un poco más pequeños, pero que podían ajustarse al arma” agregó Akulova.

Lo segundo: quitarle la lata a la osa polar
Luego de unos minutos la anestesia hizo efecto sobre la osa polar, los veterinarios usaron una pinza para cortar la lata y así liberaron la lengua del animal.
Después desinfectaron la lengua y curaron las heridas, “los músculos principales no sufrieron daños, solo cortadas en la parte superior de la piel”, dijo Mikhail Alshinetsky, veterinario del zoológico de Moscú.
“La osa polar estaba delgada, ligeramente deshidratada”, agregó Alshinetsky, aunque aseguró que sus heridas sanarán.

Lo tercero: despertar de la osa polar
Los veterinarios aprovecharon la duración de la anestesia para trasladar a la osa polar a un lugar alejado del poblado, “la siguiente etapa importante es su recuperación de la anestesia”, dijo Svetlana Akulova.
“Nuestros especialistas estarán cerca, observando cómo avanza el proceso. Esperamos que todo salga bien. Dejamos algunos peces cerca de la osa polar porque llevaba mucho tiempo sin comida, ni agua”, finalizó Akulova.
De acuerdo con un informe de científicos candienses y estadunidenses, cada vez son más los osos polares que se acercan a los basureros para saciar su hambre, debido a que sus hábitats helados están desapareciendo, aseguran que lo desechos humanos son una amenaza para estos animales.
