La joven Antonella, de 15 años, le fue amputado un pie debido a que resbaló mientras intentaba subir al tren en Sayula de Alemán, al sur de Veracruz. Ella es una migrante venezolana que buscaba el llamado sueño americano.
Cambió su vida
“Casi muero, yo creo que Dios si me va permitir de todo este sacrificio a llegar a los Estados Unidos”, reconoce Antonella, migrante venezolana, mientras sigue recostada en la cama de un hospital.
Ella es Antonella, tiene 15 años y le fue amputado un pie tras resbalar en su intento de subir al tren en la estación de medias aguas, en Sayula de Alemán, al sur de Veracruz, con el que continuaría su viaje en busca del sueño americano.
Salió desde Venezuela semanas antes, junto a su mamá y abuelo, pero una discusión con su madre durante el recorrido en Honduras hizo que se separa.
Su abuelo la buscó con ahínco durante días, hasta que la encontró en Veracruz.
“ Yo iba por la vía, cuando ya voy llegando a Medias Aguas, una familia me dijo, ‘una niña allá en tren le dañó el pie’ y me mostró la foto, salí corriendo y era mi nieta”, recuerda con tristeza Óscar Esteban Hernández Fernández, abuelo de Antonella.
Internada en Minatitlán
Antonella ahora se encuentra internada en un hospital de Minatitlán, en donde los doctores le practicaron una cirugía, para salvarle la vida, pese a la tragedia, Antonella sigue con sus sueños.
“Mi sueño es ser turista, viajar por todo el mundo, y también ser diseñadora gráfica, hacer pinturas, cosas creativas, ese es mi sueño”, acepta Antonella.
Buscan regularizarse
Ahora los deseos del abuelo cambiaron ante la desgracia. Ya no quiere llegar a Estados Unidos, solo anhela regularizar su situación migratoria en el país.
“Ahorita está un poco decaída, porque le quitaron su piernita, su pie pues, y está muy triste por eso, quiere hablar con su mamá o su abuela. Ahora quiero moverme acá y conseguir un empleo, porque ahorita no estoy haciendo nada, que me ayuden con la visa migratoria para poder moverme aquí en México”, pide con vehemencia el abuelo.
Antonella ya cuenta los minutos para volver a reencontrase con su mamá.
“Estoy contenta porque ya viene mi mamá, me siento bien porque ya me hicieron la operación, porque estoy feliz”, dice con optimismo la joven migrante Antonella.