Una serie de plagas como insectos, hongos, plantas parásitas, gusanos, virus y bacterias, afecta a diversas especies de árboles de la Ciudad de México (CDMX). La amenaza es real y podría replicarse a otras regiones del país. Según especialistas, es urgente crear un programa intenso para verificar la salud del arbolado, pues la aniquilación de ejemplares tendría efectos negativos en la ciudad.
Los árboles de la Ciudad de México no sólo proporcionan oxígeno y embellecen el paisaje; también ofrecen diversos beneficios ambientales relacionados con la regulación de la temperatura, la purificación del aire y el combate a la erosión del suelo.
Brindan su sombra y sus frutos, son el hogar y refugio de otros organismos, y como afirman los expertos, también contribuyen a mejorar el estado de ánimo de los seres humanos, representando verdaderos oasis entre las calles saturadas de automóviles, esmog y edificios.
PARTE CUATRO DE ESTE ESPECIAL: Las plagas amenazan a palmeras, pero también a los árboles de la CDMX
Mucho más que sólo sombra...
“No solamente son la sombra que nos dan, la frescura, el aire que limpian; sino también tienen que ver con la calidad paisajística, el estado anímico que nos pone a la población. Vemos una floración, vemos un árbol que está echando retoños y cambia todo” asegura Aníbal Ramírez Soto, presidente de la Red de Viveros de Biodiversidad A.C.
El especialista añade que existen estudios psicosociales, en los que se concluye que entre más vegetación, hay menos violencia, pues los lugares arbolados generan climas donde las personas solucionan sus problemas de manera menos agresiva.
Al respecto, Noemí Hernández Castro, especialista en propagación plantas nativas del Jardín Botánico de la UNAM, afirma que los beneficios psicológicos que se obtienen al estar rodeado de lugares con plantas de colores “relaja y ayuda a liberar tensiones, a tener un panorama más tranquilo; es estético y revaloriza el lugar”.
Reguladores de temperatura
Otra función de los árboles es disminuir la temperatura, sobre todo en lugares que han reemplazado las zonas verdes por cemento:
“Si tenemos una buena cobertura de vegetación, baja la temperatura. Como hace falta vegetación, la Ciudad de México se ha sobrecalentado. Desde que quitamos la zona lacustre, toda esta vegetación acuática y los árboles que había, hemos variado la temperatura cuatro grados centígrados”, señala el biólogo Jerónimo Reyes, del Jardín Botánico de la UNAM.
Para Aníbal Ramírez, la regulación de la temperatura tiene mucho que ver con el ahorro de energía eléctrica; los espacios arbolados también brindan otros servicios ambientales, como la reducción de partículas contaminantes, causantes de la mayoría de las enfermedades respiratorias”
Además, agrega, proporcionan otro importante servicio: el de la recreación, pues las áreas verdes reúnen a las familias. “En lugares como Japón o los Países Bajos, ya se dieron cuenta que es necesario que los niños tengan estos espacios con árboles y eso impacta en su salud”.
Una norma internacional
Tan importantes son estos espacios, que existe una norma internacional que aconseja tener de nueve a doce metros cuadrados de áreas verdes por habitante, dice la bióloga especialista en arbolado urbano Lorena Martínez.
Sin duda, los árboles representan uno de los mejores regalos de la naturaleza, por lo que es nuestro deber protegerlos de la sequía, la tala injustificada y por supuesto de las enfermedades y las plagas.
