Un grupo de científicos hizo un extraño descubrimiento en una playa de Libia al observar el cuerpo de 4.4 metros de un tiburón zorro muerto chapoteando en la marea y, tras una inspección más cercana, vieron lo que resultó ser un pico de pez espada que sobresalía de una herida profunda y penetrante entre la cabeza de la criatura y la aleta dorsal, empujando al corazón.
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Los investigadores realizaron un estudio que posteriormente publicaron, evidenciando el inusual hallazgo; al sacar el pico del pez espada, dieron a conocer que este constaba de 30 centímetros de largo.
La forma en la que fue penetrado el pico dañó la columna vertebral y el aparato branquial, provocándole daños en los nervios y arterias, junto con los arcos branquiales y también al corazón.
El estudio se publicó en la revista Ichthyological Research y, dentro de ese artículo, se describe al pez espada (Xiphias gladius) como un “depredador de gran movilidad” altamente conocido por atacar a tiburones, ballenas, humanos e incluso objetos como los barcos.
Los expertos creen que la mayoría de los ataques a tiburones realizados por este tipo de peces se basan en que sean especímenes jóvenes, por la gran amenaza que les representan; sin embargo, se dio a conocer que el escualo estaba en la adultez y era casi del mismo tamaño que su atacante.
Patrick L. Jambura, de la Universidad de Viena y autor principal del estudio, comentó que el pez espada involucrado en el ataque actual no se trataba de un ejemplar joven, por lo que ha dejado diversas dudas de que realmente se tratara de un ataque como respuesta defensiva.
El equipo ha llegado a creer que ambos se encontraban cazando a la misma presa, por lo que el pez espada trató de ahuyentar al tiburón, llegando al accidente que dejó sin vida al escualo.
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No obstante, de incrementarse los casos, nos estaríamos enfrentando a una señal de alarma en el Mediterráneo, pues este escenario sería consecuencia de la sobrepesca en la zona, lo que ha llevado a ambas especies a pelear por los recursos menguantes.