Los colorantes artificiales amarillos 5 y 6 también conocidos como Tartrazina y Amarillo Ocaso, son derivados del petróleo, por lo que el consumo de estos colorantes están asociados con riesgos para la salud, como el TDAH que afecta principalmente a los niños.
¿Qué daños causa el consumo del colorante amarillo?
El consumo de estos colorantes pueden generar varios riesgos a la salud, ya que algunos productos como los cereales de caja, barras, snacks, bebidas saborizadas, jugos, dulces, golosinas, botanas saladas, lácteos y postres suelen tener estos tipos de colorantes artificiales que ponen en riesgo la salud humana.
- Hiperactividad y TDAH: Estudios científicos relacionan los colorantes con el aumento de hiperactividad en niños.
- Reacciones alérgicas: Los colorantes también pueden causar urticaria, angioedema y reacciones alérgicas en personas sensibles, especialmente en personas con asma o intolerancia a la aspirina.
- Posibles riesgos carcinógenos: Las investigaciones y experimentos indican que el amarillo 6, en grandes cantidades, podría causar daño al ADN, elevando el riesgo de desarrollar cáncer.
🟡 El Amarillo 5 (tartrazina) y el Amarillo 6 dan ese color brillante a muchos productos dirigidos a infancias.
— Poder del Consumidor (@elpoderdelc) July 8, 2025
📚 Pero también podrían estar relacionados con hiperactividad y #TDAH.
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¿Qué es el colorante Amarillo 5 y 6?
Los colorantes artificiales como el Amarillo 5 y el Amarillo 6 fueron desarrollados originalmente entre las décadas de 1930 y 1940 para la industria textil.
Sin embargo, a partir de los años 1950 y hasta la década de 1970 comenzaron a introducirse en la industria alimentaria, su incorporación fue por diversas ventajas.
Entre ellas su alta solubilidad en agua, así como su resistencia a la luz y al calor, lo que los hacía ideales para productos procesados.
Además, ofrecían colores vibrantes y un bajo costo de producción, lo que favoreció su uso masivo en alimentos dirigidos especialmente a niños y jóvenes.
Su estabilidad química permitió que se mantuvieran atractivos visualmente durante largos periodos, algo clave en la industria alimentaria moderna.
Actualmente, estos colorantes están regulados en distintas partes del mundo debido a preocupaciones crecientes sobre sus posibles efectos en la salud, lo que ha llevado a algunas regiones a establecer límites de uso o incluso prohibiciones.