Los mexicanos hemos vivido situaciones de dolor, de angustia, de desesperación, de pérdidas. Tan solo recordemos el sismo que nos sacudió ese 19 de septiembre de 1985, muchas personas perdieron la vida, otras más quedaron atrapadas dentro de los escombros y es ahí cuando aparecieron los perros rastreadores; ellos han sido entrenados para desarrollar su sentido del olfato y llegar al lugar donde se encuentran personas atrapadas entre piedras.
Y es que la nariz del perro tiene muchísimas más capacidades de detección que la nuestra; que solo contamos con 5 millones de receptores olfativos y los perros con casi 220 millones.
Se cree que ellos pueden ver a través de la nariz, ya que su sentido del olfato los lleva a cualquier lugar que todos llegaríamos viendo.

Después del sismo de 1985 la facultad de veterinaria de la UNAM capacitó a mas perros en la Ciudad de México, algunos de ellos emblemáticos por que lograron encontrara a muchas personas, aunque por desgracia muchas mas sin vida.

Perros como Geri, Mina, Gala, Baco, Manchas son tan solo algunos de los que han entrenado para esta labor y han participado en derrumbes y explosiones y diferentes catástrofes para encontrar vidas, sucesos como la explosión del edificio de Pemex, inclusive en el terremoto y tsunami de Japón en el 2011 a 80 kilómetros de la planta de Fukushima; la zona estaba devastada y ahí realizaron 11 marcajes de personas bajo escombros o el colapso del Colegio Rebsamen en la Ciudad de México.

Los perros tienen que entrar a la zona de catástrofe sin correa ni collar, cuando un perro detecta a una persona viva ladra tres veces seguidas, y espera que del lugar salga alguien que se encuentre atrapada a diferencia de cuando una persona perdió la vida, el perro se interesa más, mete la nariz, rasca y llama la atención de su guía.
El adiestramiento de los perros de rescate también se enfoca en la búsqueda de personas perdidas con una prenda y son los sabuesos quienes tan solo con oler una almohada, un calcetín, un suéter, lo que sea, pero algo de la persona buscada y sin lavar, logran llegar al lugar donde estuvo o donde se encuentra.
A lo largo de la historia hemos conocido a muchos perros emblemáticos porque lograron encontrar personas con vida o cuerpos enterrados entre los escombros, pero merece todo nuestro reconocimiento aquellos instructores y perros rastreadores, ya sea de MARINA, EJÉRCITO, CRUZ ROJA, ERUM, y UNAM no hay divisiones entre ellos y sin duda los perros no son estrellas porque es un trabajo en equipo tanto de los perros rastreadores y rescatistas, pero son de gran valía esos sabuesos que vienen a darnos un ejemplo de servicio y de entrega, dan su vida por la nuestra.