Cuentas claras, amistades largas… aplica pa’ todos menos pa’l Gobierno de México; o, al menos, así lo dejó ver el Informe de resultados de la fiscalización superior de la cuenta pública 2022 de la Auditoría Superior de la Federación (ASF).
Y no se dejen engañar por el “2022”; este informe, presentado el 20 de febrero de 2024, es lo más reciente que ha hecho la Auditoría y es una evaluación final de todo todo todillo de ese año y la cosa está color de hormiga.
LA AUDITORÍA… LA MERA RIATA
Pero, primero lo primero: ¿Qué chingados es la Auditoría?
Pues, de acuerdo con el artículo 4 de la Ley de Fiscalización y Rendición de Cuentas de la Federación, la Auditoría es el órgano técnico especializado de la Cámara de Diputados, dotado de autonomía técnica y de gestión, encargado de la fiscalización de los recursos públicos en los tres Poderes de la Unión.
Su base constitucional se encuentra en los artículos 74 (fracciones II y VI) 79 y 109 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos. Ni más ni menos.
Por lo que, en términos generales, los de la Auditoría son los meros-meros verificadores de que el dinero se gaste como debe de gastarse… y ahí es donde la puerca tuerce el rabo porque resulta que todo es un auténtico cagadero.
LOS RESULTADOS… TODOS COLUDOS Y RABONES
Vámonos con las cifras.
En 2022, la ASF realizó en total 5,466 acciones de auditoría entre recomendaciones (1,836), sanciones (1,730) y observaciones (1,613), como se deja ver en la siguiente tablita:

Una chambota de la Auditoría que arrojó 20 principales resultados, de los cuales presento unos cuantos no más para que se den un quemón:
- AIFA:
→ Incumplimiento de penas convencionales.
→ Pagos en exceso.
→ Uso de materiales no contemplados.
→ Plafones, herrajes y cargadores eléctricos para vehículos extras.
→ Entrega de obra fuera de tiempos.
Administración portuaria nacional
→ Pagos en exceso y mano de obra innecesaria en el Pto. de Veracruz
- CFE
→ 857.9 MDP en uso irregular de vehículos terrestres arrendados
→ Contratación irregular de servicios profesionales
→ Opacidad en el corporativo (no compartieron info entre ellos)
→ Se compró carbón que no quedó registrado
→ Pagaron menos a proveedores
- CONADE:
→ 107.4MDP a 4 beneficiarios; no acreditó la prestación de los servicios
→ 3.0 MDP a CODESON de apoyos superiores a los establecidos
→ 2.9 MDP a 36 beneficiarios sin acreditar requisitos establecidos
→ 26.4 MDP en “reconocimientos vitalicios” no contemplados en la ley
- SEGALMEX
→ 1.1 MDP en equipo sin contar con la documentación justificativa
→ 2.9 MDP en servicios sin contar con la documentación justificativa
→ 2.9 MDP en unidades móviles que no fueron dadas de alta
→ Sets de laboratorio y equipos de pesaje incompletos
- DICONSA
→ Pagos en cargas de combustibles injustificadas (600 mil pesos)
→ CFDIs apócrifos por almacenamiento de maíz (7MDP)
→ No hubo actas de finiquito ni de cumplimiento con proveedores
- SEDATU:
→ No se acreditaron perfiles con experiencia técnica especializada.
Y la lista es larga pues, incluso, la Auditoría detectó denuncias por parte de servidores públicos del INAI quienes aseguraron que les solicitaron entre el 10% y 60% de su salario para continuar trabajando. Chale chale chalequito.
COMO SE BARREN LAS ESCALERAS
Por lo anterior, no dudo ni un segundo de la buena voluntad del autodenominado “presidente más humanista de la Historia” cuando dice que acabó con la corrupción como se barren las escaleras: de arriba hacia abajo.
Sin embargo, lo detectado por la Auditoría deja en evidencia que la escalera está más que puerca y que alberga un nido de lacras que nomás no pueden o de plano no quieren dejar los vicios que trae consigo la administración del cochino dinero público.
En fin, el PRI robó más.