¿Un pan pa’l susto? Esta sería la razón por la que los mexicanos bromean con las tragedias

¿El chiste se cuenta solo? La UNAM explica por qué los mexicanos bromean con su propia tragedia ante las adversidades; una ocurrencia que podría tener límites.

Escrito por: Pilar Espinoza
El arte de bromear
¿Por qué bromeamos con nuestro dolor? | Pexels

Todos los mexicanos lo hemos hecho en alguna ocasión, bromear con nuestro dolor o incluso consolar a nuestros amigos o familiares contando un chiste cuando atraviesan una situación difícil. Aunque pudiera parecer contradictorio, esto puede ayudar más de lo que crees al ser humano y a continuación te explicamos el porqué.

De acuerdo con la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), los mexicanos tienden a bromear o hacer chistes con una situación que es considerada ‘difícil’ o ‘agresiva’, lo que a su vez puede funcionar como herramienta para liberar estrés y generar placer que se expresa a través de la risa.

“El chiste nos hace sentir bien y nos ayuda a soportar tragedias”, explicó José Velasco García, psicoanalista, profesor en la FES Iztacala, al desarrollar que en un velorio, por ejemplo, no falta un ‘chistosito’ que, si sabe contar chistes, hace más llevadero o ligero el dolor de la pérdida.

¿Bromear con las desgracias es saludable? Esto dice la UNAM

Más allá de la sensación de placer que se libera al bromear, el padre del psicoanálisis, Sigmund Freud, demostró que el chiste es una manera de enfrentar las adversidades y de no dejarse abrazar por el dolor porque accede al territorio virtual, pensamientos, imágenes, afectos reprimidos que se encuentran dentro de nuestro inconsciente.

Sigmund Freud indicó que al romper los obstáculos del pensamiento y enfrentar con palabras la represión, el chiste produce placer que se expresa en la risa, liberando al subconsciente de la tragedia.

¡Los límites del chiste! ¿Hasta dónde las bromas dejan de ser graciosas?

Pese a que el chiste puede servir como una herramienta para abrazar al dolor, José Velasco García, aclara que este no solo tiene la capacidad de generar solidaridad y juegos de lenguaje compartidos, sino que también puede promover la intolerancia, el odio y el desprecio.

Velasco García dijo que el límite de bromear radica cuando nos acercamos a los campos de la burla y la injuria, momento que el padre del psicoanálisis nombro como “el estatuto de goce narcisista”.

“El chiste puede generar comunidad y alianzas solidarias, o bien, convertirse en un “instrumento violento”, continuó Velasco para enfatizar que hacer chistes sobre alguna deficiencia o dificultad de una persona puede generar una marca psicológica. Por lo tanto, el chiste debe ser lúdico y no hacer escarnio ni humillar a nadie.

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Escrito por: Pilar Espinoza

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