Reino Unido está a punto de llegar a un acuerdo con la Unión Europea para hacer frente a los trastornos comerciales y políticos en Irlanda del Norte causados por el Brexit, dijo el domingo el viceprimer ministro inglés Dominic Raab. Aún pero no está claro si eso satisfará a los críticos euroescépticos.
La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, viajará este lunes a Reino Unido con el objetivo de cerrar junto con el primer ministro británico, Rishi Sunak, un nuevo acuerdo sobre Irlanda del Norte tras el Brexit. Von der Leyen y Sunak emitió este domingo un comunicado conjunto en el que aseguran que vana coger las riendas de la negociación.
Más de un año de negociaciones intermitentes y a veces hostiles entre Londres y Bruselas sobre una revisión del acuerdo de salida de la Unión Europea de 2020 parecen estar llegando a su fin este lunes, con el primer ministro Rishi Sunak diciendo que estaba “dándolo todo” para llegar a un acuerdo.
Sunak quiere tener éxito en las negociaciones del Brexit donde sus predecesores Boris Johnson y Liz Truss fracasaron, pero el impulso se produce con el riesgo de empantanar sus prioridades domésticas, mientras intenta remontar un enorme déficit en las encuestas de opinión para el gobernante Partido Conservador antes de elecciones nacionales previstas para el año que viene.
Prime Minister @RishiSunak and I agreed to continue working in person towards shared, practical solutions under the Protocol on Ireland and Northern Ireland.
— Ursula von der Leyen (@vonderleyen) February 26, 2023
I will therefore meet with the Prime Minister tomorrow in the UK.
El Protocolo de Irlanda del Norte
La situación en Irlanda del Norte es uno de los principales problemas que ha habido entre Reino Unido y la Unión Europe desde el Brexit por los polémicos controles fronterizos de los bienes que pasan por el territorio británico en la isla de Irlanda.
Como parte del Brexit, Reino Unido firmó un acuerdo con Bruselas conocido como el Protocolo de Irlanda del Norte para evitar la imposición de controles políticamente polémicos a lo largo de la frontera terrestre de 500 kilómetros con Irlanda, miembro de la Unión Europea.
Sin embargo, el Protocolo creaba una frontera para algunas mercancías procedentes de Gran Bretaña, ya que mantenía a Irlanda del Norte en el mercado único de bienes de la Unión Europea. Esto también ha perturbado el delicado equilibrio político en Irlanda del Norte, impidiendo la formación de un gobierno de poder compartido establecido por un acuerdo de paz de 1998 que en su mayor parte puso fin a tres décadas de violencia sectaria en la provincia.