La sequía que está afectando a México ya va de salida, y no alcanzará los niveles registrados entre 2010 y 2012, que ha sido la más intensa de los últimos 80 años. Y es que el fenómeno de La Niña en el Océano Pacífico se reduce con el calentamiento de las aguas, lo que traerá más lluvias.
Así lo dieron a conocer expertos del Centro de Ciencias de la Atmósfera (CCA) de la UNAM, durante una conferencia de prensa a distancia denominada “Impacto de la sequía en México”.
Fue peor hace una década
Al respecto, Christian Domínguez Sarmiento, investigadora del CCA, expuso que los factores humanos pueden exacerbar el impacto de la sequía en determinada región:
“Dependiendo del grado de presión que se tenga sobre los recursos hídricos y el manejo del agua, será la vulnerabilidad y consecuentemente el riesgo de desastre asociado a este fenómeno”, señaló.
Entre 2010 y 2012, dijo, el 95 por ciento del país fue afectado por algún tipo de sequía, desde anómalamente seco, hasta sequía excepcional. En este 2020, 84 por ciento del territorio sufre alguna condición de sequía; la diferencia es que esta vez, la sequía extrema afecta un área menor que hace una década.
Al respecto, el también investigador Benjamín Martínez López detalló que La Niña, fenómeno que se presenta en el Pacífico y que consiste en el enfriamiento del agua, comienza a aminorarse, por lo que en las próximas semanas, la superficie del agua se calentará y vendrán más lluvias.
Y añadió: “A partir de abril ese fenómeno pasó a condiciones neutras, por lo cual podemos afirmar que la sequía se va a terminar y comenzará a llover en ciertas zonas”.
Esta sequía de 2020 “realmente ya va de salida; yo considero que estas lluvias que se están dando ya, realmente van a ayudar bastante”.
Sequías de más de un siglo
Sin embargo, aclaró que a largo plazo, el problema puede ser muy diferente y complicado.
Martínez López expuso que desde 1870 hasta 2018, se observó un aumento sostenido de las lluvias en la Ciudad de México y estamos en un periodo donde cada vez llueve más.
“Podrían ser buenas noticias, pero en un estudio donde se analizaron dos mil años de registros indirectos provenientes de una caverna, se estableció que ha habido periodos húmedos, pero también de sequías brutales, las cuales no duran uno o dos años como las que hemos padecido, sino décadas e incluso cientos de años”.
Por ello, expuso que los expertos deben unir esfuerzos para determinar si lo que muestran los registros históricos indirectos, se puede reproducir con modelos, para entender qué pasó y especificar cuándo podría volver a pasar.
Alertó que en el Valle de México, lo preocupante es que podamos pasar de una etapa de lluvias abundantes a un periodo seco que dure decenas de años o más de un siglo.
“Ya ha pasado y existe el riesgo latente de que pueda volver a suceder, y entonces sí estaríamos en problemas fuertes. Yo dedicaría un gran esfuerzo a investigar qué sucedió, entender las causas, y poder simularlo, para hacer predicciones”.
