¿Así es en Dinamarca? Diego necesita un trasplante y 2 millones para seguir viviendo

Diego tiene 9 años y desde que nació lucha por su vida y por un milagro para poder costear un trasplante; una dolorosa realidad del sistema de salud mexicano.

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Por: FIA- Iveth Ortiz

El sistema de salud en México enfrenta desafíos estructurales que afectan directamente a quienes más lo necesitan, uno de ellos es Diego Gutiérre, un niño de 9 años que desde que nació espera un trasplante de hígado.

No solo lucha contra su enfermedad, también contra la falta de recursos y las fallas del sistema, dejando en evidencia que la salud solo es para unos cuantos.

Diego sueña con tener una vida normal en Guanajuato

A pesar de su corta edad, Diego entiende que su vida depende de algo que parece inalcanzable: una operación de más de dos millones de pesos, pero él no pierde la fe.

El pequeño padece una enfermedad que lo ha obligado a vivir entre hospitales y tratamientos desde bebé. Para que su condición no avance, necesita urgentemente la cirugía.

Aunque el procedimiento podría salvarle la vida, el costo no solo contempla la operación, ya que también incluye medicamentos, cuidados postoperatorios y seguimiento médico.

“Como papá es duro, es duro decir que no. Nosotros, pues siempre hemos querido hacer todo hasta lo que no se puede”, narraron familiares.

Hasta el último intento; así luchan los papás de Diego

En México, el acceso a trasplantes es limitado y desigual. Según cifras del Centro Nacional de Trasplantes, la demanda supera la oferta en cuanto a donación de órganos.

En abril de 2025, se estimaba más de 19 mil, 252 receptores en espera de un trasplante. Y aun si se encuentra un donador compatible, muchas familias no pueden cubrir los costos.

“Ya buscamos todas las opciones y ni vendiendo todo lo que tenemos podríamos juntar el dinero. Necesitamos ayuda” señala Angélica Gómez, madre de Diego.

La familia ha organizado rifas, kermeses y campañas en redes sociales, demostrando que cuando el Estado te da la espalda, la sociedad se moviliza.

En una reciente kermés, Diego agradeció con una sonrisa ante micrófonos de Fuerza Informativa Azteca (FIA): “Gracias por venir a apoyarme, les pido que me ayuden a cumplir esta meta”.

Lo que para muchos niños es rutina, para el menor andar en bicicleta es una ilusión. Y aunque su familia no pierde la esperanza, la realidad es que en México, la salud no debería estar a la venta, debería estar garantizada.

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