En julio de 2023, la vida de Sofía comenzó a iluminarse con esperanza. Su madre, Deysi Vargas, había cruzado la frontera hacia Estados Unidos, no solo en busca de asilo, sino también aferrándose a la remota posibilidad de que su hija —diagnosticada con síndrome de intestino corto— pudiera recibir el tratamiento médico especializado que en México simplemente no estaba disponible.
Hoy, dos años después, esa esperanza se ha visto brutalmente amenazada. Bajo las nuevas políticas migratorias del presidente Donald Trump, la niña podría ser deportada desde Estados Unidos, lo cual —según sus médicos— podría costarle la vida.
“Mi hija nació con síndrome de intestino corto y depende de un sistema especializado para sobrevivir. Debido a esta condición, tengo que conectarla a sondas gástricas cuatro veces al día, es un proceso que dura una hora. Mi hija está conectada cada noche 14 horas sólo para sobrevivir.”, explicó Deysi Vargas.
Una condición médica que requiere atención que no se encuentra en México
El diagnóstico de Sofía exige cuidados intensivos y una infraestructura hospitalaria avanzada. En México, las condiciones deplorables del sistema de salud pública dejaron a la familia sin opciones. La situación cambió drásticamente cuando llegaron a California, donde Sofía comenzó a mejorar visiblemente.
“Cuando vivíamos en México mi hija no crecía ni se mejoraba, ahora con la ayuda que ha recibido en los EU, mi hija tiene la oportunidad de salir del hospital, conocer el mundo y vivir como una niña de su edad.”, señaló su madre.
Fin del permiso humanitario en la era Trump
El panorama dio un giro alarmante con el regreso de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos en 2025. Su nueva legislación migratoria ha intensificado las deportaciones y ha eliminado figuras legales como el permiso de permanencia humanitaria.
Deysi Vargas perdió su autorización para trabajar legalmente, y poco después, también le fue revocado el estatus migratorio que le permitía permanecer en el país con su hija enferma. La familia ahora enfrenta una deportación inminente, lo que pondría en peligro directo la vida de la pequeña Sofía.
“Si es deportada y se le niega el acceso a su atención médica especializada, los médicos de Sophia han sido claros al afirmar que morirá en cuestión de días.”, advirtió Gina Amato, abogada de la familia.
Una deportación con consecuencias letales
Amato ha asumido la defensa del caso, argumentando no solo el carácter humanitario, sino también la ilegalidad de proceder con una deportación bajo estas condiciones de salud crítica.
“Deportar a esta familia en estas condiciones no solo es ilegal, sino que constituye una falta moral que viola los principios básicos de humanidad y decencia.”, subrayó la abogada.
Trump, políticas migratorias y vidas en juegoEl gobierno de Trump ha insistido en su enfoque de mano dura migratoria, estableciendo metas como un millón de deportaciones anuales y reduciendo los criterios de elegibilidad para programas sociales y humanitarios. Aunque el objetivo oficial es “recuperar el control de las fronteras”, casos como el de Sofía reflejan el alto costo humano de estas políticas.