La próxima vez que disfrutes de una jugosa rebanada de melón, tal vez ya no lo veas de la misma manera. Y es que, aunque para la mayoría esta fruta es sinónimo de frescura y dulzura, el origen de su nombre guarda un significado que pocos imaginan. La Real Academia Española (RAE) señala que no solo se trata de un fruto, sino también de una “cabeza humana”, al menos desde la perspectiva coloquial del lenguaje.
La institución explica que una de las circunstancias en las que se utiliza esta expresión podría ser para hacer una metáfora: “Lleva una gorra para disimular el melón”. En Latinoamérica, por ejemplo, también puede aludir a los pechos de una mujer.
¿Por qué el melón significa “cabeza humana”?
Decirle “melón” a la cabeza es una metáfora visual muy común en el lenguaje. La comparación surge porque un melón y una cabeza comparten características físicas evidentes: son redondeados, de tamaño similar y ambos “guardan algo” en su interior (el melón, su pulpa y semillas; la cabeza, el cerebro).

Este tipo de expresiones se llaman metáforas coloquiales y existen porque las personas buscamos formas rápidas y gráficas de describir algo. En el caso del melón, su forma y peso evocan inmediatamente la idea de una cabeza. Es curioso, ¿no crees?
Según la RAE, no hay un origen específico documentado, sino que se trata de una expresión popular del idioma español.
Otros significados del melón, según la RAE
El melón no solo puede hacer referencia a la cabeza. También se utiliza para describir a una persona torpe, es decir, alguien con dificultad para comprender un tema o una idea. Un ejemplo sería: “¿Lo has entendido bien, pedazo de melón?”.
Expresiones como “melón” para referirse a la cabeza muestran cómo el lenguaje popular se nutre de comparaciones visuales simples pero efectivas. Más allá de su uso coloquial, nos recuerdan que las palabras no solo comunican, también pintan imágenes en nuestra mente.