Seguramente te ha pasado que, en alguna ocasión, has tenido que esperar a una persona durante un tiempo considerable luego de que esta llega tarde. Incluso, tú mismo pudiste haber realizado esta situación. Si formas parte de este grupo, la psicología ha respondido por qué suele ocurrir este hecho.
La puntualidad se ha convertido en un tema sumamente debatible entre las nuevas generaciones, pues si bien muchas personas le ponen especial atención a esta situación, otra parte de la sociedad considera que no es algo tan grave. Ante este hecho, la psicología ha respondido por qué algunas personas siempre llegan tarde.
Psicología: ¿Qué significa que una persona siempre llegue tarde?
De acuerdo con lo explicado por la psicóloga Harriet Mellotte, una persona que siempre llega tarde a sus compromisos se percibe como alguien caótico o desorganizado. Incluso, algunos lo podrían considerar maleducados, pues no consideran el tiempo que los demás le han prestado para tener este encuentro.
De igual modo, el doctor Neel Burton, a través de Psychology Today, establece que estas personas pueden percibirse como faltos de planificación y de fuerza de voluntad y empatía; no obstante, no necesariamente estos conceptos guardan relación con todas las personas que llegan tarde a sus compromisos.
En ese sentido, el psicólogo social Oliver Burkeman se coloca del otro lado de la moneda, explicando que, quienes son en extremo puntuales, intentan tener un control más claro de su tiempo a través de este hecho. En síntesis, lo recomendable es tener una noción más clara y precisa del momento, y no exagerar en ninguna de las dos variantes.
Lo que peor llevo es la impuntualidad. El tiempo de todos es valioso. Respétalo. pic.twitter.com/AVUWDfMyb2
— Habitante del Multiverso (@GL19833) August 17, 2025
¿Se busca controlar a la otra persona a través de la impuntualidad?
Burton menciona, en el artículo antes mencionado, que aquellas personas que suelen llegar tarde se relacionan con el control; es decir, con el objetivo de dañar a la otra persona a través de la imposición de su tiempo o situación, tomando así el sartén por el mango a través de los próximos acontecimientos.