El cuerpo humano guarda muchos misterios, y algunas acciones cotidianas pueden resultar más complejas de lo que parecen. Por ejemplo, al soplar, a veces sentimos que el aire es frío y otras veces caliente, dependiendo del contexto. ¿Cuál es la razón detrás de este curioso efecto?
¿Por qué si soplas “fu” el aire sale frío y si soplas “ah” sale caliente?
Aunque parece una situación sencilla de la vida cotidiana, tiene una explicación física más profunda que relaciona conceptos como conservación de masa, energía y momento con velocidad, presión y temperatura del aire en movimiento.
Según datos de Cadence Design Systems sostiene que estas diferencias tienen que ver con dos conceptos fundamentales, el efecto Venturi y el principio de Bernoulli. En el primer caso, cuando un fluido, en este caso el aire, pasa por una sección más estrecha, como cuando fruncimos los labios al soplar, la velocidad del flujo aumenta para conservar la masa y provoca una caída de presión en esa zona estrecha.
- Por lo tanto, al soplar con los labios fruncidos: El aire sale más rápido y con menor presión, lo que genera una sensación de aire.
- En cambio, al exhalar con la boca abierta: El aire sale a menor velocidad y mantiene una temperatura más cercana a la de los pulmones, por eso se siente caliente.
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¿Por qué cuando soplamos el aire sale caliente?
Aunque parece un reflejo del que nos cuestionamos poco, se debe a que el aire que exhalamos está a la temperatura corporal, aproximadamente 37 °C, y al poner las manos cerca de la boca logramos que se produzca una sensación reconfortante.
¿Por qué soplamos para enfriar la comida?
El aire rápido que sale de la boca se expande y se mezcla con el aire más frío del ambiente, lo que provoca un descenso del aire que expulsamos de nuestro cuerpo. El detalle importante es que si soplamos con la boca abierta, el aire sale más lento y mantiene una temperatura cercana a la corporal, por lo que no enfría tanto.