Esta es la razón por la que te duermes en el sofá y después no puedes en la cama

Descubre por qué después de un día agotador te dormiste fácilmente en el sofá, pero cuando fuiste a tu cama para descansar mejor ya no lograste hacerlo.

Por: Erika Nejapa | Marktube
Esta es la razón por la que te duermes en el sofá y después no puedes en la cama

Seguro que te ha pasado alguna vez que después de un largo día de trabajo o de una noche de fiesta, llegas a casa agotado y te dejas caer en el sofá. Sin darte cuenta, te quedas profundamente dormido en cuestión de minutos. Pero, ¿por qué ocurre esto? ¿Por qué podemos dormirnos tan fácilmente en el sofá pero después no podemos conciliar el sueño en la cama?

La respuesta a esta pregunta puede tener varias explicaciones. Una de ellas es “la presión del sueño” la cual es una fuerza que nos empuja hacia el descanso, como si nuestro cuerpo dijera “oye, necesito dormir”. A medida que pasamos más tiempo despiertos, esa presión va aumentando y llega un momento en el que ya no podemos resistirnos a quedarnos dormidos en el primer lugar que podamos, en este caso, en el sofá. De este modo, cuanto más tiempo pasamos despiertos, más fuerte es esa presión del sueño y más fácil nos resulta caer en un sueño profundo y reparador.

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Otra posible explicación se encuentra en la rutina. Durante el día, estamos acostumbrados a utilizar el sofá para descansar, ver televisión o leer un libro. Nuestro cerebro asocia el sofá con momentos de relajación y descanso, por lo que cuando nos sentamos en él, nuestro cuerpo y mente se predisponen para dormir.

¿Por qué me duermo en el sofá y no en la cama?

La relación entre la siesta en el sofá y la presión del sueño es esencial para comprender por qué a veces nos resulta difícil conciliar el sueño en la cama. Después de una breve siesta en el sofá, la presión del sueño disminuye significativamente. Pues, al despertar, el tiempo acumulado de estar despiertos es menor, lo que se traduce en una menor presión de sueño. Este cambio en la dinámica del sueño puede hacer que conciliar el sueño en la cama sea un desafío, ya que la presión biológica para dormir ha disminuido.

Los ciclos de sueño también juegan un papel crucial en nuestra capacidad para dormir de manera continua. Estos ciclos, que duran aproximadamente 90 minutos, se componen de fases de sueño ligero, profundo y sueño REM. Despertar durante el sueño profundo o ligero puede afectar nuestra capacidad para volver a dormir. La duración de la siesta en el sofá, ya sea corta o larga, puede influir en qué fase del ciclo de sueño experimentamos al despertar, afectando así nuestra disposición para conciliar el sueño en la cama.

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¿Qué pasa si duermes en el sofá?

Dormir en el sofá puede tener consecuencias negativas para nuestra salud. Dormir en una posición incómoda o en un lugar que no es adecuado para descansar puede generar dolores musculares y problemas de espalda. Además, no dormir lo suficiente o tener un sueño de mala calidad puede afectar nuestra concentración, nuestro estado de ánimo y nuestra salud en general.

Por ello, es importante buscar soluciones para conciliar el sueño de manera adecuada en la cama. Algunas recomendaciones pueden ser establecer una rutina de sueño, crear un ambiente propicio para descansar en el dormitorio, evitar el uso de dispositivos electrónicos antes de dormir y practicar técnicas de relajación como la meditación o la respiración profunda.

En conclusión, aunque pueda resultar más fácil dormirse en el sofá, es importante buscar una buena calidad de sueño en la cama. Aunque el sofá pueda parecer más cómodo y acogedor, dormir en la cama nos brinda un descanso más reparador y beneficioso para nuestra salud. Por ello, es importante establecer una rutina de sueño adecuada y crear un ambiente propicio para descansar en la cama. ¡Duerme bien y descansa!

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