La expareja de José no tenía por qué largarse de la casa y llevarse a su hijo. José reconoce que tenían una relación tóxica, pero eso no era pretexto para dejarlo y deshacerse de su hijo; ella no se da cuenta que el único que está sufriendo es el niño. Además, José advierte que, o le dice dónde está su hijo, o va a chicotear este asunto.