Días, horas y segundos: 3 secretos para que el yoga mejore tu flexibilidad

La flexibilidad es fundamental en el yoga: estructura, nervios y respiración determinan el avance, pero solo con práctica constante se logran cambios reales

Los secretos del yoga y la flexibilidad que deberías saber
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Los secretos del yoga y la flexibilidad que deberías saber
Martín Feijóo
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Para que el yoga mejore la flexibilidad, tres elementos y/o secretos deben considerarse como parte del proceso: el conocimiento del rango de movimiento, la gestión del sistema nervioso y el control de la respiración. Al combinar estos aspectos con disciplina, el cuerpo, que libera estrés al realizar actividad física , logra adaptarse a posturas más profundas sin generar tensión innecesaria.

Cada cuerpo, que puede decirle adiós al estreñimiento al mejorar la digestión , presenta diferencias estructurales que determinan sus limitaciones. Por esta razón, no todas las posturas generan el mismo efecto en distintas personas. Factores óseos, como la orientación de la pelvis o la forma de la articulación coxofemoral, pueden influir directamente en la movilidad. El autoconocimiento es indispensable para evitar sobreesfuerzos.

El yoga es una gran herramienta para mejorar la flexibilidad
El yoga es una gran herramienta para mejorar la flexibilidad

  1. ¿Cuántos días hacer yoga para mejorar la flexibilidad?: Para mejorar la flexibilidad con yoga, se recomienda practicar entre tres y cinco días por semana, ya que la constancia es clave para observar progresos graduales en el rango de movimiento.
  2. ¿Por cuántas horas hacer yoga para que haga efecto?: En cuanto a la duración de cada sesión, lo ideal es mantener una práctica de 45 a 60 minutos para que el cuerpo entre en calor, los músculos se estiren adecuadamente y el sistema nervioso se relaje.
  3. El secreto de los segundos de respiración para cada ejercicio: El secreto está en los segundos de respiración: mantener una inhalación y exhalación profunda de entre 4 y 6 segundos cada una ayuda a que el cuerpo libere tensión, permitiendo que cada postura se sostenga con mayor comodidad y profundidad, lo que facilita el alargamiento muscular sin riesgo de lesión.

¿Qué papel juega la estructura ósea en la flexibilidad durante el yoga?

La anatomía individual marca el límite real de ciertas posturas. Un ejemplo claro es utkatasana, o postura de la silla, donde el rango pélvico y la tensión muscular condicionan la alineación. En algunos casos, la sensación de rigidez no depende de la musculatura, sino de la posición ósea que impide avanzar más allá de cierto punto.

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El impacto del ADN en la configuración corporal implica que una posición beneficiosa para una persona podría representar un riesgo para otra. Por ello, el trabajo en el tapete debe partir desde el respeto a la estructura particular de cada practicante.

¿Cómo influye la respiración en los estiramientos de yoga?

Según la especialista Jessica Richburg , a nivel fisiológico el sistema nervioso activa mecanismos de protección cuando detecta una extensión excesiva. La señal que llega al músculo provoca contracción en lugar de relajación. Esta reacción se traduce en resistencia durante el estiramiento, dificultando el progreso si no se aborda correctamente.

Aquí entra en juego el control de la respiración. Al inhalar, se revisa la alineación postural; al exhalar, se permite soltar tensión. Una exhalación prolongada comunica al cerebro que no hay peligro, favoreciendo la relajación muscular. Esto activa el sistema parasimpático, que permite al cuerpo abrirse sin generar bloqueos ni microlesiones.

La constancia también desempeña un rol determinante. Aunque los avances sean milimétricos, la práctica diaria sostenida durante semanas o meses genera transformaciones visibles en el rango de movilidad.

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