Una década de confianza profesional, de gestiones legales y de supuesta amistad se derrumbó en Araraquara, Brasil, revelando una trama de muerte. Un matrimonio de abogados, Hércules Barroso y Fernanda Morales, fue detenido y acusado de ser los autores intelectuales del asesinato de sus propios clientes, la pareja conformada por el empresario José Eduardo Ometto Pavan, de 69 años, y Rosana Ferrari, de 61.
El móvil, según la policía: quedarse con una fortuna en bienes, ya que la pareja no tenía herederos.
Operación “Doble Juego”
La investigación, bautizada por la policía como “Operación Doble Juego”, culminó el 17 de junio con la detención de cuatro personas. Además de los abogados Barroso y Morales, cayeron los presuntos sicarios, Carlos César Lopes de Oliveira y Ednaldo José Vieira.
Los cargos que enfrentan son: homicidio calificado, asociación criminal, estafa, falsedad ideológica y ocultación de cadáver. El crimen fue ejecutado el 6 de abril, cuando los cuerpos de Pavan y Ferrari fueron encontrados a tiros en su vehículo en una finca de la Serra de São Pedro. El hombre tenía las manos atadas.
La trama de la herencia sin herederos
Según la comisaria Juliana Ricci, la pareja de abogados habría orquestado un fraude meticuloso. A lo largo de los años, falsificaron documentos para apropiarse de más de 2 millones de dólares en inmuebles de sus clientes, además de cobrarles una suma extra por costos judiciales inexistentes.
Una vez asegurado el patrimonio, el siguiente paso del plan era eliminar a las únicas personas que podían reclamarlo. “Muriendo ellos, ¿quién lo cuestionaría?”, planteó la comisaria, destacando que las víctimas no tenían descendientes.
Lágrimas de cocodrilo y la furia de una familia
La abogada Fernanda Morales asistió al funeral de Rosana Ferrari, la clienta que presuntamente había mandado a matar.
“Lloré, sentí rabia, agonía. No fue un crimen causado por la ira, fue un crimen premeditado”, aseguró un familiar de la víctima a nuestro canal aliado Band. Por su parte, el abogado defensor de la pareja, Reginaldo Silveira, calificó las pruebas como “frágiles” y sostuvo que los inmuebles transferidos eran simplemente el pago de honorarios.
La defensa insiste en que la relación era estrictamente de “abogado-cliente”. Una que, para José Eduardo y Rosana, terminó con las manos atadas y una bala en la cabeza en una finca según la policía.
A polícia esclareceu o assassinato de um casal no interior de São Paulo. O crime teria sido encomendado por um casal de advogados. Eles trabalhavam para as vítimas e foram presos. pic.twitter.com/YiIZt6M8Jx
— Band Jornalismo (@BandJornalismo) June 17, 2025