La historia puede repetirse, y no precisamente para bien. En Argentina, durante los gobiernos de Néstor Kirchner y Cristina Fernández, el país vivió un escándalo internacional: las cifras oficiales de pobreza e inflación fueron manipuladas descaradamente, según reconocen exfuncionarios y académicos. Hoy, expertos temen que México esté a punto de seguir el mismo camino, luego de que se eliminara el Coneval, el único organismo autónomo que evaluaba las políticas sociales del gobierno.
El antecedente argentino: cómo se disfrazó la crisis de pobreza
Durante años, el INDEC (el equivalente argentino al INEGI) fue controlado por funcionarios afines al kirchnerismo. De acuerdo con Ricardo López Murphy, exministro de Finanzas, “el gobierno alteraba las estadísticas de precios, productos y pobreza… Cristina Kirchner llegó a decir que Alemania tenía más pobres que Argentina”.
Para lograrlo, modificaron indicadores clave. “El Indec empezó a reportar niveles de pobreza mucho menores que los medidos por universidades y organizaciones independientes”, explicó el investigador Esteban Colla.
¿Puede pasar lo mismo en México?
En 2023, el Coneval reportó que 46.8 millones de mexicanos vivían en situación de pobreza. Ahora que este organismo ya no existe, la tarea de evaluar las políticas sociales y generar los datos queda completamente en manos del INEGI. El problema es que este instituto no fue creado para esa función y, además, carece de la independencia necesaria para evaluar a los gobiernos, advierten los especialistas.
“El riesgo es que el INEGI termine siendo juez y parte”, señala Marco Antonio Zeind, director del Observatorio de Organismos Autónomos. “Y si al gobierno no le gusta lo que dicen los datos, pues ya sabemos que hablarán de ‘otros datos’”.
Frente al vacío que deja la desaparición del Coneval, universidades, centros de análisis y organizaciones civiles han creado un consorcio ciudadano que buscará evaluar de forma independiente las cifras que presente el gobierno. Sin embargo, su alcance será limitado y dependerá de la transparencia y acceso a datos que el INEGI quiera permitir.
“El INEGI produce información, pero no fue creado para evaluar políticas públicas. Ese era el trabajo del Coneval”, recuerda Axel González, coordinador de la plataforma México ¿Cómo Vamos?
¿Vamos hacia una realidad de pobreza maquillada?
Con el cambio de manos en la medición oficial de la pobreza, se encienden las alertas. El temor es que los números se acomoden al discurso político y no a la realidad de millones de mexicanos que viven con lo justo. Como pasó en Argentina, las cifras podrían usarse más para aplaudir al gobierno que para resolver la pobreza.