Las intensas olas de calor que han registra en México no solo afectan el bienestar general de la población, sino que también podrían estar provocando un aumento en los casos de hepatitis, especialmente de los tipos A y E. Diversos expertos han alertado sobre la posible relación entre las altas temperaturas y el incremento de esta enfermedad del hígado. Pero, ¿a qué se debe exactamente esta conexión entre el calor y la hepatitis en nuestro país?
¿Cuál es la relación entre la hepatitis y la ola de calor?
De acuerdo con la Asociación Mexicana de Vacunología, la relación entre la hepatitis y la ola de calor se basa principalmente en dos aspectos:
- En primer lugar, durante estos periodos, la temperatura corporal puede elevarse por encima de los 40 °C, provocando un golpe de calor. Este trastorno grave afecta múltiples órganos, incluido el hígado, que puede sufrir insuficiencia hepática fulminante debido a la desnaturalización de proteínas y alteraciones de las membranas celulares. En consecuencia, el calor extremo provoca una respuesta inflamatoria sistémica y daño hepático directo, lo que agrava la función del hígado.
- En segundo lugar, las altas temperaturas favorecen la contaminación de alimentos y agua, principales vías de transmisión de la hepatitis A y E, que se contagian por vía fecal-oral. En épocas de calor, la manipulación y consumo de alimentos en la vía pública y el uso de agua no potable aumentan, incrementando la incidencia de estas infecciones hepáticas.
Adicionalmente, factores sociales y ambientales como la falta de acceso a agua potable, condiciones de higiene deficientes y el impacto del cambio climático contribuyen a elevar la prevalencia de enfermedades hepáticas durante las olas de calor.
¿Cuáles son los síntomas de la hepatitis y cómo prevenirla?
La hepatitis es una inflamación del hígado que puede ser causada por virus, alcohol, medicamentos u otras condiciones. Aunque en algunos casos puede ser asintomático, la mayoría de las personas presentan signos y síntomas que permiten su detección temprana, como:
- Fatiga y debilidad generalizada.
- Fiebre leve.
- Pérdida de apetito, náuseas y vómitos.
- Dolor o molestia en la parte superior derecha del abdomen.
- Orina oscura y heces de color claro
- Color amarillento en la piel y los ojos.
- Dolor articular y malestar general.
¡Tómalo en cuenta! Estos síntomas suelen aparecer después de un período de incubación variable según el tipo de hepatitis y pueden durar semanas.