La tarde del jueves 11 de diciembre, el payasito “Tuki Tuki”, cuyo nombre de pila era Roger Gallegos Rodríguez, fue asesinado durante una emboscada cuando se encontraba en un lugar al que había sido citado para una presentación en Huaycán, en el distrito de Ate, Perú.
El artista, de apenas 28 años, habría sido ultimado a balazos por dos sujetos que llegaron en una motocicleta, justo cuando intentaba contactar a la persona que supuestamente lo había contratado para lo que sería su último show infantil.
Asesinan al payasito "Tuki Tuki" el día en que su hija cumplió años
Roger Gallegos fue contratado de último momento para animar un show en la urbanización Los Girasoles, en Huaycán. Esto no levantó sospechas, ya que ese tipo de contrataciones eran parte de su trabajo diario como animador de fiestas infantiles.
Sin embargo, al llegar al lugar, nadie los estaba esperando. Mientras permanecían dentro de una miniván y trataban de comunicarse con la persona que lo había contratado, dos sujetos a bordo de una motocicleta se acercaron y abrieron fuego sin mediar palabra.
"Tuki Tuki" murió en el lugar, mientras que al menos tres personas resultaron heridas, entre ellas miembros de su equipo, incluido el DJ y su community manager.
Cámaras de seguridad captaron al presunto sicario
De acuerdo con medios locales, cámaras de videovigilancia de la zona registraron el momento en que un sujeto, alrededor de las seis de la tarde, merodea en motocicleta por la urbanización Gloria Grande, muy cerca del punto donde se encontraba el payasito.
Minutos después, se escuchan más de cinco disparos. Mismos que coinciden con los casquillos encontrados en la escena del crimen.
Por otra parte, la familia de “Tuki Tuki” aseguró que Roger era víctima de extorsión desde hacía al menos dos años. Aunque en algún momento las amenazas se detuvieron, con el paso del tiempo volvieron con mayor intensidad.
“Le pedían 50 mil soles, pero él se negó”, relató un familiar, quien explicó que el payasito incluso tuvo que dejar de trabajar durante un mes por miedo a las amenazas.
Mientras la familia exige justicia y que se investiguen todas las líneas del caso, la hija de Roger, una niña de cinco años que ese jueves celebraba su cumpleaños, hoy quedó en la orfandad.
