La salud democrática de un país no se mide solo en elecciones, sino en su capacidad de escuchar, debatir, además de garantizar la libertad de expresión . Hoy, periodistas en Bolivia advierten que esta libertad se encuentra en riesgo, y con ella, los pilares fundamentales de la democracia.
Monica Briançon Messinger, periodista boliviana y directora del medio “Valor Agregado”, señala con contundencia que: “Cada vez que intentas acallar a un medio de comunicación, estás diciendo que eres más autocrático y menos democrático... estás tratando de poner una mordaza en los periodistas”.
Bolivia reporta ataques sistemáticos contra la libertad de prensa
Conforme a reportes recientes, Bolivia se suma a la preocupante lista de países donde se registran ataques sistemáticos contra la libertad de prensa , junto a las dictaduras de Nicaragua, Venezuela y Cuba.
Las alertas no solo se encienden por amenazas directas a medios tradicionales, sino también por intentos de penalizar contenidos en redes sociales, limitar la difusión de información e imponer narrativas oficiales bajo el argumento de la “seguridad nacional”.
En entrevista exclusiva para Fuerza Informativa Azteca , Briançon advierte que “la salud de la democracia está cada vez más amenazada, cuando hay reformas de códigos y leyes que impiden el libre ejercicio profesional”, y agrega que las plataformas digitales tampoco se encuentran a salvo: “Hay muchos intentos de acallar a la prensa, y otros intentos tienen que ver con penalizar a las redes sociales”.
La situación también ha sido denunciada por July Rojas, directora del medio local FEM Media, quien destacó la falta de voluntad política para garantizar el acceso a la información:“Quieren controlar lo que dicen los medios. El más afectado no es el periodista, es la sociedad, que pierde su derecho a ser informada y a conocer múltiples versiones de los hechos”, sentenció.
En un contexto donde la censura avanza, la
libertad de expresión
en Bolivia se convierte en un termómetro crítico de su democracia. Y mientras los medios enfrentan presiones crecientes, lo que está en juego es el derecho de la ciudadanía a estar informada, decidir y participar con conciencia. Porque sin libertad de expresión, simplemente no hay democracia.