Doña María Alicia Guillén Hernández ha pasado diez años de angustia buscando a su hijo Eduardo quien fue reportado como desaparecido en Tuxtla Gutiérrez, Chiapas, cuando apenas tenía seis años de edad.
Desde el 21 de enero de 2012, no ha parado de buscar a su hijo, quien ya tiene 16 años; vendió su casa para tener recursos e inició una cruzada en la que las autoridades parecieran haber desistido.
Alicia Guillén asegura que se lo robaron, la entonces Procuraduría General de Justicia del estado abrió la carpeta de investigación y el protocolo de búsqueda, pero no ha tenido éxito diez años después.
“Lleva diez años desaparecido, el día 21 de enero del 2012 desapareció de cuatro y media a cinco de la tarde en la colonia Francisco I. Madero; salió jugar sus canicas con sus compañeritos”, rememora doña Alicia.
Esta madre de familia, ha buscado por su cuenta, dice que en todos los municipios de Chiapas, en todas las colonias de la capital chiapaneca; ha recorrido más de 20 estados del país, incluso ha salido de México buscando a su Lalito.
“Estos diez años han sido para mí oscuridad ha sido dolor, ha sido tristeza, muchas cosas feas, como que si estuviéramos nosotros... de padres que tenemos nuestros hijos desaparecidos como que estuviéramos en un túnel, en un pueblo sin salida, así nos sentimos muertos”, revela Alicia.

Alicia no desistirá en la búsqueda
En su casa, conserva los recuerdos: sus zapatos tal como quedaron la última vez que Lalito los usó; sus fotografías, sus juguetes y un peluche, su favorito.
“Vienen mis nietos y me dicen abuelita préstamelo y no, no, no puedo prestárselo, no puedo dárselo porque sé que tanto dolor tengo en ese juguete”, relata la mujer.
La actual Fiscalía General de Justicia de Chiapas mantiene abierta la investigación y se coordina la comunicación con la madre de Eduardo para continuar su búsqueda, pero, señalan, no hay indicios de su paradero a diez años de su desaparición.
Mientras tanto, doña Alicia ya vendió casa, terreno y todo lo que tenía para seguir buscando a su hijo que debería tener ahora 16 años.
Asegura que aunque se lo hayan quitado de sus brazos, no podrán arrancarlo de su corazón.