¡Imagínense…! Irse a la cama con el estómago vacío… No saber si van a conseguir comida para mañana, sentir que el cuerpo se debilita, ver llorar a sus hijos porque hay hambre.
De los 660 millones de personas que viven enLatinoamérica, más de 60 millones pasan hambre.
¡Y no vengan con el cuento de la pandemia, que sí pegó, pero esto va más allá de eso!
Tenemos un problema grandísimo en América Latina y es en cómo se reparten los alimentos.
Porque parece que la prioridad no es satisfacer las necesidades de los habitantes de la región, si no de que los productores y distribuidores ganen más dinero.
Por ejemplo… Varios países latinoamericanos están entre los principales productores mundiales de trigo, maíz, soja, carne, mariscos, café, azúcar, uva, plátano y muchísimos otros productos… ¿Entonces? Vaya tremenda ironía pasar tanta hambre. Argentina produce alimentos para unos 400 millones de personas, pero más de cuatro millones de argentinos no comen suficiente.
¿Por qué?
La explicación es simple: la mayor parte de esa producción se exporta.
Dicho, de manera más sencilla: mientras unos cobran dólares los otros pasan hambre. Así la desigualdad en este continente.
Otros ejemplos: Cuando comenzó la pandemia, más de la mitad de la gente con hambre en América Latina estaba en Venezuela.
Entre 2018 y 2020 el 48% de los peruanos padeció inseguridad alimentaria moderada o grave, 19 millones de brasileños pasan hambre en su día a día.
Y en Chile, el país “modelo” de América Latina, también pasan hambre unas 600 mil personas.
¿México?... No escapa de la realidad, según el Coneval, más de 28.6 millones de personas tuvieron alguna carencia alimentaria al cierre de 2020.
Mientras se envían toneladas de soja para alimentar a puercos de otro país para que al final, vendan la carne más cara o toneladas de trigo para alimentar a vacas extranjeras.
Tenemos aquí mismo… En la tierra de nadie: América Latina, a compatriotas que hoy no saben si van a comer o no.
Y cuando hay hambre se vienen las revoluciones y las contrarrevoluciones. Y eso… eso también da miedo. El hambre es una enfermedad que mata gente… tan letal como una pandemia.