El pasado 22 de septiembre “generó y detonó temor e incertidumbre entre la comunidad estudiantil”, afirmó el rector de la UNAM, Leonardo Lomelí. Un violento altercado en el CCH Sur culminó en una tragedia que sacudió a la Máxima Casa de Estudios. El rector confirmó el fatal desenlace: “Un miembro de la comunidad de ese plantel perdió la vida a manos de otro miembro de esa misma comunidad”.

El agresor, quien también hirió a un trabajador, se encuentra hospitalizado. Este evento, según Lomelí, obligó al cierre inmediato del plantel para facilitar las investigaciones y atender las demandas de la comunidad.

La respuesta de la UNAM: Seguridad y diálogo con padres

Ante la exigencia de mejores controles de acceso, mayor iluminación y cámaras, el rector Lomelí detalló que la Universidad ya implementa acciones concretas. Se han realizado recorridos para reforzar la seguridad en áreas vulnerables y se planea aumentar los rondines.

Una pieza clave en la estrategia es la colaboración con los tutores. Lomelí destacó que aceptarán el acompañamiento de los padres, reconociendo que los estudiantes de bachillerato son menores de edad. “Esta interacción entre las autoridades de los planteles y los padres de familia puede ser muy benéfica para construir entre todos un entorno de seguridad”, señaló.

Salud mental y amenazas: El fondo del problema de la UNAM

Leonardo Lomelí informó que el presunto responsable del ataque ya contaba con “diagnósticos de problemas de depresión”. Este hecho, para el rector, pone el foco en un problema más profundo, donde la pandemia agravó los problemas de socialización en los jóvenes. Para él, “más allá de las medidas de seguridad en los planteles, el fondo del asunto es atender los temas de salud mental”.

La crisis escaló con una ola de amenazas de bomba y agresiones en otros planteles, lo que obligó a que 8 facultades y escuelas entraran en paro y otras 15 migraran a un modelo en línea, demostrando el estado de alerta generalizado.

¿Cuándo regresarán las clases presenciales?

La normalización de actividades es la meta principal. “Yo espero que después del 2 de octubre se comiencen a normalizar las actividades”, adelantó el rector. La decisión final, no obstante, dependerá de cada plantel. “Los directores y los consejos técnicos tendrán que tomar la decisión, consultar a la comunidad y difundir las medidas de seguridad que se están tomando para darles plenas garantías”, concluyó Lomelí.