Una de las promesas más emblemáticas del expresidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) fue descentralizar el gobierno federal. Su idea consistía en reubicar las secretarías de Estado fuera de la Ciudad de México (CDMX) para impulsar el desarrollo regional. Sin embargo, esa propuesta terminó siendo una de las más costosas e ineficaces del sexenio, según expertos.
El investigador de El Colegio de México, Fernando Nieto, fue claro: “Lo que teníamos era una iniciativa que se acercaba más a una ocurrencia que a un plan de política pública real”. La descentralización, lejos de concretarse, se convirtió en un gasto millonario que no logró transformar la administración pública federal.
Proyectos fallidos y #dinero perdido...
— Fuerza Informativa Azteca (@AztecaNoticias) June 19, 2025
Al gobierno del expresidente López Obrador no le importó y se aferró a lo que los especialistas llamaron una ocurrencia: la descentralización de las dependencias de gobierno.
Este supuesto "proyecto" costó millones de pesos que solo… pic.twitter.com/6kEopcMShk
Millones gastados, pocas secretarías realmente mudadas
De las 32 dependencias federales, únicamente cuatro se trasladaron de forma parcial o simbólica:
- Energía a Villahermosa,
- Cultura a Tlaxcala,
- Salud a Acapulco, y
- CONAPESCA a Mazatlán.
Sin embargo, las tres primeras regresaron a la CDMX tiempo después, dejando tras de sí gastos innecesarios de mudanza, renta de edificios y adecuaciones que nunca se usaron por completo.
Gracias a solicitudes de información, se supo que la mudanza de la Secretaría de Salud costó más de 333 millones de pesos, la SEP gastó 34 millones, y la Secretaría del Trabajo 11.6 millones. No hay un informe oficial que transparente el costo total del proyecto ni los recursos devueltos tras el fracaso.
Oficinas vacías y sedes simbólicas: el caso Conagua
Uno de los casos más representativos es el de CONAGUA, que supuestamente operaría desde Xalapa, Veracruz. Sin embargo, el edificio asignado sigue funcionando solo para temas regionales. Un empleado confirmó que la sede “es simbólica”, ya que nadie fue reubicado desde la capital.
Otros casos similares fueron los intentos fallidos de mover la Secretaría del Bienestar a Oaxaca, Ganadería a Jalisco, Minería a Chihuahua y la SEP a Puebla. Ninguna de estas iniciativas se consolidó.
Un sexenio de opacidad y decisiones discrecionales
Expertos como Salvador Mora, investigador de la UNAM, subrayan que uno de los sellos del sexenio fue la opacidad y discrecionalidad en el uso de recursos públicos. A pesar de la magnitud de los gastos, no hay informes detallados ni responsables identificados por el despilfarro.
La descentralización quedó como una promesa incumplida que implicó gastos millonarios, afectaciones al personal público y nula transformación estructural en la operación del gobierno.