Durante este proceso electoral, han asesinado 18 aspirantes a candidatos en México. ¿Cuántos más?, si aún faltan 80 días para las elecciones. No olvidemos que en el proceso electoral del 2021 asesinaron a 36 aspirantes y candidatos.
Pero eso no fue todo, recordemos que durante ese periodo se asesinaron a 179 políticos y se registraron 213 incidentes de violencia política, siendo los estados de Veracruz y Jalisco los estados más peligrosos en ese ámbito.
De modo que pareciera que nos encontramos en el inicio de un macabro periodo, que en aras de celebrar la fiesta democrática electoral, los aspirantes y candidatos conocen el significado de la frase: Amar a Dios en tierra ajena.
¿Y el Estado de Derecho, pa’ cuándo? Diría JLO si su corazón fuera jurista
Porque la violencia no se limita a los políticos o a las campañas electorales, tan solo en los 10 primeros días de este 2024, se cometieron 650 homicidios dolosos.
De modo que preguntarnos por el Estado de Derecho en México no es el mero ocio poético de un intelectual desquehacerado de clase media, sin falta de agua en su colonia y con dos autos en el garage.
Porque para alardear de la fiesta democrática, jactarnos de poseer una preciosísima constitución, agradecer que no tenemos una monarquía, ni restricción de derechos por castas, termina sirviendo para dos cosas, si el Estado no cumple con sus funciones, garantizar la seguridad de los gobernados.
Muy bonito y todo, pero… ¿Eso fue todo?
Además, debe mantener la división de poderes, justicia igualitaria, la presunción de inocencia, la garantía de libertades, libertad de competencia del mercado, el sometimiento de todos los poderes y del propio Estado a las leyes, y la transparencia procesal y legal.
Quitándonos de rollos teóricos, ¿Hacemos un ejercicio de honestidad? ¿Con cuántas de las características anteriores identifica a México? Y a ver, no es un tema de esta administración nada más, es un tema de clase política mexicana que durante décadas ha abusado de su poder, sometiendo no solo a la constitución, sino a los mexicanos a sus ineptitudes, consumadas por atender los intereses propios y no los de la nación. Una clase política a la que pareciera que solo el corporativismo le puede dar una lección.
Parece broma, pero es anécdota
¿A dónde vamos a parar?
Con esta hiriente y nula seguridad…
Démosle paso a la ley
Y vamos a la tranquilidad
De un Estado en total plenitud
Lo que parecería una copla mal hecha, inspirada en una composición del Buki, es nuestro peligroso presente, en búsqueda de un futuro con seguridad garantizada.
La noche de ayer, 12 de marzo, asesinaron en Chilapa, Guerrero, al aspirante a Alcalde de Morena Tomás Morales Patrón, mientras bajaba de su vehículo, convirtiéndose en el aspirante asesinado número 18.
De acuerdo con Integralia Consultores, para este proceso electoral, 6 estados (Guerrero, Jalisco, Michoacán, Colima, Chiapas y Morelos) ya se encuentran en riesgo muy alto de que el crimen intervenga en sus elecciones locales.
¿Qué sigue? ¿Normalizar la ineptitud del Estado? ¿Normalizar que el poder político no dé resultados? ¿Asimilar que un día la violencia nos lleve con los pies por delante? ¿Hasta cuándo, mexicano?