Precio del pollo en aumento: ¿qué estrategias usan las amas de casa?

El precio del pollo se dispara, afectando el presupuesto familiar de las amas de casa quienes buscan alternativas saludables para hacer sus comidas.

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Por: Ilse Trejo y Ollinka Méndez

El peculiar sonido del corte de aves en las carnicerías resuena en un contexto económico donde el presupuesto familiar se ve considerablemente reducido debido al notable incremento en el costo del pollo.

Las amas de casa recurren a estrategias ingeniosas para hacer rendir su dinero ante esta escalada de precios. Una de ellas comenta que, ante el aumento, opta por incorporar una mayor cantidad de verduras en sus comidas, buscando alternativas más económicas.

Se eleva el precio del pollo hasta por insumos para preservarlo

Actualmente, el precio por kilogramo de pierna con muslo oscila entre los 60 y 70 pesos, mientras que la pechuga supera los 120 pesos. Un comerciante del mercado de La Viga explica que los proveedores atribuyen este aumento a la presencia de gripe aviar.

Esta situación no es el único factor que influye en el encarecimiento del producto. Las altas temperaturas recientes han provocado un aumento en el costo del hielo necesario para mantener fresco el pollo. El precio de cada barra ha ascendido a 500 pesos, cuando anteriormente se conseguía por un máximo de 400, e incluso se forman largas filas para adquirirlo.

Otro elemento que ha contribuido al alza de precios es el incremento en el consumo de pollo durante la pasada Semana Santa. Como es habitual, una menor disponibilidad ante una mayor demanda genera un aumento en los costos. Un vendedor señala que el precio por kilo de pollo al mayoreo experimentó un aumento de casi 8 pesos en una sola semana, lo que obliga a los comerciantes a trasladar este incremento a los consumidores.

Efecto dominó en el aumento del precio del pollo

Este efecto dominó impacta directamente a establecimientos como la cocina económica de doña Blanca, donde el pollo es uno de los platillos más solicitados. A pesar de la subida en el costo de la materia prima, doña Blanca ha tratado de mantener sus precios, lo que inevitablemente reduce su margen de ganancia.

En consecuencia, esta cadena de aumentos repercute en la economía de proveedores, comerciantes y, finalmente, en el bolsillo de los consumidores, quienes ven cómo uno de los alimentos básicos se vuelve cada vez menos accesible.

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