Jacarandas en enero, ¿el principio del fin?

Y aunque no es como que la Ciudad de México esté llena de jacarandas en estos momentos, no es normal su aparición porque da indicios del cambio climático y la alteración del ecosistema.

Jacarandas en enero, ¿el principio del fin?
¿Una próxima crisis mundial?

Escrito por: Fernanda Ortega

Cuando nos hablan del Apocalipsis, nos imaginamos un escenario lejano a nuestros tiempos pero catastrófico, en el que de un momento a otro el fuego caerá del cielo y la tierra se partirá por la mitad. Un panorama de destrucción, terror y miseria.

Sin embargo, y más allá del concepto religioso y sin el afán de sonar alarmista como aquellos que se ponen en los parques y plazas a gritar que el fin está cerca, lo cierto es que el cambio climático que estamos sufriendo apunta a una próxima crisis mundial. Vamos, algo gradual y no espontáneo.

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Por años, científicos y activistas han advertido a la humanidad acerca de los desfases climáticos, pero a nadie le importa, e incluso hay quienes han desacreditado los avisos argumentando que todo se trata de meros intereses políticos y conspiraciones.

Pero tan necios suenan estos opositores como los terraplanistas, porque ¿qué más pruebas queremos que lo que nuestros propios ojos ven? El claro ejemplo está en las jacarandas. Estos árboles que por azares del destino llegaron a la Ciudad de México desde Brasil, han sido la señal del arribo de la primavera desde los años 20.

Sus flores moradas enmarcan las calles de la ciudad y son orgullo de los capitalinos, además de ser dignos marcos para las fotografías más instagrameables. Muy bellas ellas, pero de algunos años para acá, su floración se ha adelantado gradualmente, ya que en vez de hacerlo en marzo, lo hacen en enero. Esto también ha ocurrido con otras especies como el fresno y el colorín.

Y aunque no es como que la Ciudad de México esté llena de jacarandas en estos momentos, no es normal su aparición porque da indicios del cambio climático y la alteración del ecosistema. Como la naturaleza está conectada, algo que se salga del orden establecido trae una reacción en cadena. Es decir, si las jacarandas florecen ahora, las abejas y los colibríes no están preparados para polinizar porque no es su época, por tanto, no habrá tanta producción de alimentos y plantas.

2023 fue el año más caluroso registrado, y según la ONU, el 2024 podría superar ese récord. Un año caluroso significa sequía y desorden dentro del ecosistema. ¿Acaso esperaremos a que nada pueda hacerse para lamentarnos?

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