En las calles de la histórica Turquía, un nombre resuena con fuerza y cariño: México. Para muchos turcos, nuestro país no es solo un destino lejano, sino una marca que simboliza alegría, música, fiesta y tradición.
“Como turco, amamos la cultura mexicana. Amamos su música, su comida, su forma de vivir. Nos sentimos muy cerca de ellos”, expresó Sadar Chalish Khan, gerente hotelero, reflejando un sentimiento compartido por gran parte de la población.
México como marca en Turquía
En ciudades como Estambul o Ankara es común encontrar restaurantes, bares y locales que adoptan los colores, símbolos y sabores de México como un atractivo para los clientes.
“Todas las cartas incluyen una hamburguesa mexicana, una pizza mexicana, un burrito mexicano. Incluso hay sitios decorados con banderas de México que se han convertido en puntos de reunión muy populares”, comentó Cuauhtémoc Orube, guía turístico mexicano en Turquía.
Para muchos ciudadanos turcos, México representa diversión y sabor. “Quiero probar tacos en México”, dijo Mohamed, un joven turco que sueña con viajar a nuestro país.
¿De dónde nace esta fascinación?
De acuerdo con testimonios, esta conexión cultural se nutre principalmente de lo que los turcos ven en sus televisores y en redes sociales. “Escuchamos muchas cosas sobre los mexicanos en la televisión”, señaló Khan.
Julio Mercado, un mexicano residente en Estambul, explica que esta curiosidad surge por la percepción de similitudes entre ambas culturas: hospitalidad, gusto por la fiesta y el apego a la familia.
La experiencia mexicana en Turquía
No se trata solo de símbolos. En Turquía hay fiestas organizadas especialmente para vivir la experiencia mexicana, donde familias enteras participan usando sombreros, escuchando mariachi y degustando platillos picantes.
“La gente lo disfruta mucho: usamos sombreros, escuchamos la música, comemos comida con chile y lo amamos”, afirmó Khan.
El tequila, por ejemplo, se ha convertido en una de las bebidas más populares en bares turcos. “Es el cóctel más vendido en Turquía”, agregó el gerente hotelero. Incluso margaritas de sabores exóticos como tamarindo o jamaica se han vuelto un símbolo de esta conexión.
El poder de la cultura
Este fenómeno muestra cómo la cultura puede traspasar fronteras sin necesidad de pasaportes ni viajes. En Turquía, México se vive en la música, en los colores, en los sabores y en las celebraciones.
“Se enamoran de una margarita de tamarindo o de Jamaica”, recuerda Orube, convencido de que esta fascinación es un puente de entendimiento entre dos pueblos lejanos geográficamente, pero cercanos emocionalmente.
En definitiva, Turquía demuestra que el amor por México no necesita proximidad: basta la admiración genuina para construir lazos culturales que trascienden.